Una vez concretada la negociación del T-MEC con Estados Unidos y Canadá, el siguiente paso para México será concluir la modernización del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación, conocido como Acuerdo Global, con la Unión Europea (UE), lo que se prevé suceda durante el 2020.
La modernización del acuerdo, en vigor desde el año 2000, debe concretarse para diversificar mercados y aprovechar oportunidades frente a un contexto de proteccionismo global, según coinciden funcionarios y académicos.
Entre los temas que destacan para esta modernización están: el cambio climático, la economía digital la liberalización de los productos alimentarios mexicanos y lucha contra la corrupción. Aunque también hay otros temas pendientes como mejoras en los trámites aduaneros.
Para el encargado de Negocios de la delegación de la UE en México, Jean-Pierre Bou, el pacto, que se renegocia desde 2016, debe modernizarse para reflejar las prioridades actuales de ambas regiones, sobre todo en un momento en el que México tiene relaciones "un poquito más difíciles con su vecino del norte".
Aunque en abril de 2018 ambas partes ya alcanzaron un acuerdo político de principios, todavía se negocian detalles técnicos para renovar el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México (TLCUEM) -que forma parte del Acuerdo Global- en concreto, las discusiones se centran en que los Gobiernos estatales y locales mexicanos abran sus compras públicas a las empresas europeas.
Además, la UE ve retrasos en México en la facilitación comercial a través de la digitalización del papeleo aduanero y en la uniformación de las reglas fitosanitarias y agrícolas. Otro de los temas que les preocupa es el capítulo de lucha contra la corrupción, incluido por primera vez en el acuerdo.
Una vez concluido esto, lo que los europeos confían se resuelva en los primeros seis meses de 2020, el nuevo acuerdo deberá ser aprobado en México por el Senado de la República y, con previa autorización del Consejo de la Unión Europa, por el Parlamento Europeo.
El acuerdo incluye aspectos no contemplados hace dos décadas, como el cambio climático, la economía digital y la liberalización de 99 por ciento de los productos alimenticios mexicanos.
Asimismo, amplía la liberación inmediata del 86 por ciento de los productos agrícolas y pesqueros mexicanos, actualiza las reglas y procedimientos de origen de ambas partes, mientras que para autos se flexibilizaron las reglas de origen, bajando el porcentaje mínimo del contenido regional.
México y la UE simplificaron también, en la modernización del pacto, los requerimientos de las aduanas, para ahorrar costos y trámites burocráticos, además ampliaron la transparencia de la legislación vigente.
De igual manera, el nuevo acuerdo incentiva la participación de las empresas mexicanas y europeas en el sector energético de ambas partes, promoviendo la competencia y mejorar el servicio el usuario final.
Javier Urbano, especialista en temas económicos, advirtió que las negociaciones para la modernización del pacto comercial ya no deben demorar más, ya que el proceso para la entrada en vigor será largo y no está exento de riesgos políticos, sobre todo en el bloque europeo, donde los partidos verdes han adquirido un peso relevante.
Urbano explicó que después de la firma final del texto, podría tardar dos o más años en entrar en vigor porque requiere el aval del Consejo Europeo, la aprobación en el Parlamento Europeo y la ratificación individual de los Estados miembros.
No obstante, destacó que el acuerdo final será una gran oportunidad para que ambas partes diversifiquen su comercio y den seguridad a sus economías.
“Considero que una vez que México logró concretar la negociación del T-MEC con Estados Unidos y Canadá, ahora debe concentrarse en concluir la modernización del Acuerdo Global con la UE para dar certeza económica al país en medio de un ambiente cada vez más proteccionista en el mundo”, afirmó el experto.
De acuerdo con cifras oficiales, en 2018 México exportó a la UE productos por un valor de 26 mil millones de euros e importó 39 mil 400 millones de euros.
Además, nuestro país ha pasado de exportar materias primas e hidrocarburos, a proveer al bloque europeo automóviles, autopartes, computadoras, máquinas para el manejo de datos, minerales como el oro y hasta cerveza.