Las candidaturas independientes están en crisis, al menos en los congresos estatales. De haber 40 legisladores sin afiliación partidista antes de las elecciones de 2021 –cuando se renovaron 30 de los 32 congresos–, ahora sólo queda uno, revela el Informe Legislativo 2022 elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Tras los comicios intermedios del año pasado, los partidos políticos retomaron la totalidad de las curules que habían conquistado los independientes en Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Ciudad de México, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa y Tabasco.
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En Quintana Roo, donde no se renovó el Poder Legislativo, permaneció el único legislador sin partido, según el análisis hecho por el centro de investigación con información consultada en los sitios web de los congresos locales a agosto de 2021 (y a octubre en el caso de Veracruz).
“En la última elección que hubo, que fue la más grande en la historia de México donde se eligieron a más de 20 mil cargos públicos entre ellos las diputaciones locales, lo que vimos fue que todas las personas que buscaron postularse optaron por un partido, ya sea nacional o partidos estatales”, dijo Manuel Guadarrama, coordinador de Gobierno y Finanzas del Imco.
El especialista consideró que una de las razones para que los aspirantes a un cargo de elección popular se fueran con los partidos son las ventajas que trae ser integrante de una bancada legislativa.
“Lo que tenemos es que conviene más a un diputado ser partidista que independiente. Si es de forma independiente claramente no va a poder formar un grupo parlamentario y no tendrá beneficios y acceso a recursos y funciones que directamente se les da dentro de los órganos de gobierno”.
La figura del candidato independiente fue incorporada a la Constitución gracias a la reforma política del año 2012, estipulando el derecho de los ciudadanos a buscar cargos de elección popular sin la necesidad de estar arropados por un partido político. Para septiembre de 2013, se permitieron estas candidaturas también en el ámbito de las entidades federativas.
Pero es a partir de la reforma política de 2014 que esta figura se volvió una realidad tangible y visible para los procesos electorales que siguieron. El triunfo de Pedro Kumamoto en 2015 como primer candidato independiente en alcanzar una curul en el Congreso del Estado de Jalisco dio impulso a esta figura, especialmente como alternativa para los mexicanos desencantados con las fuerzas políticas tradicionales.
Para José Perdomo, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, la caída de los diputados independientes en los estados se da por diversos factores, el primero, que nunca terminaron de convencer a la ciudadanía.
“Pensamos que venía la era de los candidatos independientes, los candidatos ciudadanos, que eso podía ser una buena opción para los ciudadanos. Esto de las candidaturas independientes pudo haber sido, pero creo que en este momento se le va a poner freno”, comentó el académico.
Las opciones no partidistas, sin embargo, vuelven a quedarse sin espacios. El Imco atribuye la caída de las diputaciones independientes a que las barreras para ser candidato sin partido son altas. Trece estados del país requieren más de dos por ciento de firmas de la lista nominal sólo para avalar el registro de sus candidaturas, requisito superior al que se exige en las elecciones federales.
Sólo siete estados requieren un porcentaje menor de firmas que para cargos federales: Chiapas, Zacatecas, Jalisco, Durango, Ciudad de México, Quintana Roo y Coahuila.
Ante este escenario, la organización propone disminuir esas barreras estandarizando el porcentaje de firmas necesarias para el registro de candidaturas independientes a congresos locales, solicitando máximo dos por ciento de firmas de la lista nominal, como sucede a nivel federal. También, permitir la recolección de las firmas a través de plataformas digitales desarrolladas por las autoridades electorales.
La obtención de firmas es sólo el primer obstáculo para ganar la diputación. En caso de que un ciudadano logre la candidatura se enfrentará a otra gran barrera: las campañas contra partidos que lo superan en recursos económicos, humanos y de infraestructura.
“Independientemente de las firmas se está en desventaja de las estructuras, de los recursos, de los grupos de base, del acceso a medios de comunicación que no tienen los independientes”, dijo Guadarrama.
Y en el caso específico de 2022, también hay otra barrera: Morena, un partido con un dominio no visto desde los 70 con el PRI, explicó Perdomo.
“Morena es un pulpo, no deja pasar nada, es uno de sus éxitos, realmente se sube a todas. Morena no ha sido tan incisivo en su ataque a candidaturas independientes porque las ve con pocas posibilidades, y los que sí las termina absorbiendo”.
Por eso, Guadarrama y Perdomo coincidieron que al menos en el corto plazo, es decir en las elecciones de 2024, la figura del diputado independiente difícilmente levantará.
“Para la elección de 2024 se ve difícil que cambien las reglas y escenario, al contrario, lo que vemos es que los partidos cada vez blindan más su monopolio de los puestos de elección popular y acotan la participación de la ciudadanía. Ahí sí vemos unidad de los partidos políticos”, comentó Guadarrama.
Mientras Perdomo fue contundente: “No, no tienen futuro (los diputados independientes) a corto plazo”.
A UN PASO DE LOS 17 CONGRESOS
El Informe Legislativo 2022 del Imco ofrece una radiografía completa de los 32 congresos estatales en cuanto a su composición partidista, paridad de género y legisladores que se reeligieron, entre otros temas.
En cuanto a composición partidista, el documento destaca que Morena, el PAN y el PRI son los partidos con más diputados locales en el país. De los mil 113 congresistas estatales, 36.4 por ciento pertenecen al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, 19.4 por ciento a Acción Nacional y 16.6 por ciento al Revolucionario Institucional.
Más abajo se encuentran el PT (5.9 por ciento), el PVEM (5.4 por ciento), Movimiento Ciudadano (5.2 por ciento) y el PRD (4.7 por ciento). El resto se reparte entre institutos políticos estatales y el único legislador independiente.
Actualmente, la coalición oficialista que forman Morena, PT y PVEM es mayoría en los congresos de Chiapas, Tabasco, Baja California, Veracruz, Oaxaca, Baja California Sur, Quintana Roo, Nayarit, Hidalgo, Sonora, Tlaxcala, Tamaulipas, Guerrero, Puebla, Sinaloa y la Ciudad de México.
Con 16 parlamentos bajo su control, a la llamada Cuatroté le faltaría sólo uno más para poder aprobar reformas a la Constitución federal, si es que primero pasan por el Congreso de la Unión.
En contraparte, la oposición tiene el control de nueve congresos estatales y en ninguno la coalición logra mayoría.
MUJERES SON MAYORÍA POR PRIMERA VEZ
Otro dato que resalta el Imco es que por primera vez hay más mujeres que hombres ocupando asientos en los congresos locales. De mil 63 congresistas que ganaron en los comicios de 2021, 566 fueron mujeres, 496 fueron hombres y uno fue un congresista no-binario.
Es decir, que las mujeres ya conforman 53 por ciento de las diputaciones locales, cuando en 2016 eran 38 por ciento y en 2003, 18 por ciento.
De acuerdo con la organización, los asientos plurinominales ayudaron a balancear la paridad en los congresos. “En nueve estados que no se logró paridad por el principio de mayoría relativa, es decir, que no entró el mismo número de hombres y mujeres por competencia directa en distritos electorales, las mujeres lograron equilibrar la paridad en sus congresos al entrar en mayor proporción por el principio de representación proporcional”.
“Esto resalta el valor de las diputaciones plurinominales como mecanismo para permitir el acceso a las mujeres en los congresos locales, además de permitir una representación más equilibrada y plural”, indica el Imco.
Por partido político, Movimiento Ciudadano es el que cuenta con más mujeres congresistas (62 por ciento del total), seguido de Morena (55 por ciento) y el Partido Verde (53 por ciento). En cambio, en el PAN, PRI y PT las mujeres representan 49 por ciento.
Pero esto no significa necesariamente un avance en el empoderamiento de las mujeres en los congresos locales.
“Lo que hemos visto es que la paridad no se traduce en una verdadera igualdad en los órganos de gobierno de los Congresos; prácticamente las principales comisiones como las de Presupuesto, de Gobernación, están a cargo de diputados y no de diputadas”, comentó Guadarrama, especialista del Imco.
En otros temas, el Imco destaca que sólo 17 por ciento de los asientos de los congresos estatales están ocupados por legisladores que compitieron por su reelección. De las mil 63 diputaciones que estuvieron en juego en 2021, 180 fueron ocupadas de nueva cuenta por congresistas que fueron reelectos: 129 por mayoría relativa y 51 por representación proporcional.
“En el tema de la reelección legislativa vemos que no depende del legislador si se quiere reelegir, tiene que tener permiso o aprobación del mismo partido político con el que llegó a la legislación. No importa si un diputado tiene un desempeño bueno o malo, si al final la posibilidad de reelegirse va a recaer en el partido con el que estuvo en esa primera elección” concluyó Guadarrama.
Con información de Alejandro Súarez
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