El académico John Ackerman, integrante del Comité Técnico de Evaluación (CTE) para elegir a los consejeros electorales, acusó que en la elección de las quintetas “hubo conflicto de interés’’ con el CIDE, el antiguo IFE y el INE, así como vínculos con partidos políticos y “fuerte complicidades’’.
Durante la presentación de las quintetas en la Cámara de Diputados, afirmó que no está de acuerdo con la lista de candidatos que se presentan ante la Junta de Coordinación Política, pues "son el resultado de un proceso de deliberación sesgado donde una parte del Comité Técnico de Evaluación, con honrosas excepciones, impuso su visión particular con respecto a los perfiles idóneos para el Consejo General del INE".
“Quedaron fuera muchos de los mejores perfiles, personas con una larga trayectoria en la lucha por la democracia y amplios conocimientos en la materia electoral, descartadas por fobias ideológicas’’ y personales’’.
En cambio, dijo, se incluyeron personas con trayectorias cuestionables, inclusive tienen conflictos de interés con los propios integrantes del Comité Técnico.
Ackerman dio algunos ejemplos: tres integrantes del Comité laboran en el CIDE, incluyeron a su colega Javier Aparicio a pesar de su mal desempeño en la entrevistas y de los fuertes cuestionamientos por su complicidad con el fraude electoral de 2017 en el Estado de México; asimismo, “entró milagrosamente a la lista Alma Eunice Rendón, prima hermana del actual consejero electoral Ciro Murayama Rendón. Fue también incluida Lulisca Bautista Arreola, actualmente asesora en el INE con un consejero muy cercano al PAN y ella con fuerte vínculos con el PRD.
Aparece, destacó, en la lista Carla Humphrey, antigua asesora en el IFE de Alonso Lujambio y Arturo Sánchez, y en 2005 “cuota del PAN’’ para el Consejo Electoral del entonces Distrito Federal. También se incluyeron varios consejeros de las entidades federativas “fuertemente cuestionados por su complicidad’’ en elecciones estatales.
Jessica Rojas Alegría, por ejemplo, tiene una larga y conocida trayectoria como “operadora política electoral’’ en el Estado de México, donde el PRI ha gobernado de manera ininterrumpida desde hace 90 años.
El académico dijo que hay algunos buenos perfiles ciudadanos, aunque es necesario buscarlos como una “aguja en un pajar’’. El INE se ha convertido en un elefante blanco, ineficaz y desprestigiado y requiere de un giro de 180 grados.
Es importante, añadió seleccionar consejeros con una agenda de cambio y también con las capacidades de corregir los profundos vicios de la autoridad electoral. Urge modificar el procedimiento para futuros procesos, el formato actual favorece la participación de aspirantes “grises’’ y promueve una evaluación más tecnocrática que humanista, más superficial que profunda y deja al Comité Técnico vulnerable a presiones externas, convirtiendo a la última etapa en un ejercicio más político que técnico.
Pugno por transmitir en vivo las entrevistas y presentar tres listas de mujeres en lugar de solo dos para cumplir con la paridad de género.
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