Al conmemorar el Día del Maestro, el presidente Enrique Peña Nieto dejó claro que no se puede tolerar la mala educación, ya que significa “perpetuar la desigualdad y la exclusión social”, aunque reconoció que la reforma educativa rompió con viejos vicios del sistema.
En el Salón “Adolfo López Mateos” de la Residencia Oficial, Peña Nieto detalló que las encuestas confirman que para la mayoría de los ciudadanos del país la reforma educativa es la más importante de las transformaciones estructurales que hemos realizado.
Ese apoyo no debe sorprendernos, porque las reformas inspiran valores y han sido centrales en el desarrollo de la ecuación de México. No hay reformas sin controversia. Tampoco sin intentos para revertir los cambios de los grupos de interés que se beneficiaban de la situación anterior.
El Jefe del Ejecutivo refirió que gracias a la ética profesional, mérito académico, equidad al dar acceso a todas las alumnas y alumnos a una mejor formación, ya que “tolerar la mala calidad de la educación, significa perpetuar la desigualdad y la exclusión social”.
En su mensaje, Enrique Peña Nieto subrayó que la reforma educativa no sanciona a las maestras y maestros del país, “no pretende, como algunos señalan, de hacer de la reforma algo punitivo, de ninguna manera”.
Las maestras y maestros lo han ido percibiendo, lo han ido asimilando y saben que se trata, después de varías oportunidades que tienen en su formación y preparación, saben que se trata de asegurar que estén debidamente formados, capacitados para asegurar para la niñez y juventud mexicanas, una educación de calidad.