"¡Paren al mundo que me quiero bajar!". La frase se le adjudica a Mafalda, la niña creada por el caricaturista argentino Joaquín Salvador Lavado Tejón Quino, la cual se quejaba constantemente de la absurda velocidad con la que se mueven las sociedades modernas.
La humanidad ha logrado poner robots en Marte, curar enfermedades antes terminales y súpercomputadoras que derrotan en el ajedrez al campeón mundial, pero lo que no ha resuelto del todo es cómo y en dónde encontrar la felicidad.
"Creo que en gran parte se debe a que nos hemos dado cuenta que por más desarrollo que las sociedades tengan, esto no garantiza que seamos felices", explica Mariángela Rodríguez.
Sicóloga colombiana egresada de la Universidad de los Andes, Mariángela se ha especializado en psicología positiva, la cual asegura ser el estudio científico de la felicidad y abreva del conocimiento que surge de investigaciones en universidades, laboratorios e institutos para que éste pueda ser puesto en práctica con el propósito de vivir vidas más plenas y satisfactorias.
De acuerdo con ella, esta disciplina también conocida como "coaching" está teniendo cada vez más eco entre las personas cuando éstas escuchan sobre recursos que pueden ellas mismas construir para alcanzar el bienestar, que no necesariamente lo da lo material, o el poder, o los avances o comodidades de las sociedades modernas.
Índice de felicidad
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno mental frecuente y actualmente se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Con 800 mil suicidios cada año, y siendo ésta la segunda causa de muerte dentro del grupo de 15 a 29 años de edad, la búsqueda de una solución a nuestras tristezas nunca ha cobrado mayor relevancia.
Con Instituciones serias respaldándola, la sicología positiva busca sacudirse décadas de ideologías optimistas que pregonaban la llegada de la felicidad si se mantenía una actitud siempre positiva sin importar los males alrededor y su tamaño.
Según explica Mariángela Rodríguez, la felicidad es cada vez más esquiva en un mundo donde las cosas malas suceden, en sociedades que nos exigen la constante toma de decisiones, en círculos sociales que no permiten dejar un tiempo para la reflexión.
"La sicología positiva es una manera de construir optimismo, pero de una manera realista. Son recursos que te ayudan a construir tu propia caja de herramientas y que te preparan para enfrentar el mundo en el que vivimos.
Un mundo en el que no podemos negar que a veces es caótico, que es difícil y de situaciones complejas, pero en el que si tú te enfocas en desarrollar estos recursos lo puedes enfrentar de una manera optimista pero realista al mismo tiempo, porque en ningún momento se niega que el sufrimiento existe y que las dificultades existen
explica Rodríguez.
El bienestar como concepto, antes relegado a una esfera casi esotérica o religiosa, está siendo incorporado cada vez más a las agendas gubernamentales en todo el mundo.
El pequeño país asiático de Bután le da un peso importante al indicador de Felicidad Nacional Bruta, que busca medir de una manera más holística la calidad de vida de sus habitantes a diferencia del Producto Interno Bruto. Durante la edición 2018 del Encuentro Mundial de Gobiernos todo un día fue dedicado a los avances globales en la felicidad de los gobernados. Incluso el Inegi en México ha comenzado a realizar encuestas en la materia, mientras que reportes sobre felicidad son realizados en todo el mundo cada año.
"Lo que creo es que la gente en general está pidiendo esto a gritos y resuena mucho en ellas. Una conclusión que he encontrado es que el mundo siempre está diciendo 'mira hacia afuera', 'mira lo que los demás están haciendo', pero yo estoy convencida de que es al contrario, es mirar hacia dentro, hacer un camino internamente y decir cómo puedo impactar positivamente a los demás", dice Rodríguez.
Temporada de llorar
La época decembrina, por ejemplo, es reconocida como un periodo en el que los casos de cuadros de depresión y los suicidios estadísticamente tienden al alza.
Según explica la sicóloga, es una época del año en donde se ponen muchas expectativas y cuando éstas no se cumplen, o las personas están pasando por un mal momento, éstas se cuestionan y pueden descender en su estado anímico.
Cada año se cierra un ciclo y sicológicamente también hay una evaluación de la propia vida
"De cómo está la persona, qué ha logrado y qué no, qué quisiera tener y lograr el siguiente año etcétera.
"Es cierto que los seres humanos tendemos a fijarnos en lo que nos hace falta más que en lo que sí tenemos, en lo que no hemos logrado. Esto se llama el sesgo de negatividad y así funciona el cerebro humano", explica.
Entre las terapias individuales y grupales que Mariángela Rodriguez imparte existen pilares en los cuales se apoya para ayudar a sus pacientes a alcanzar un estado de bienestar: la gratitud y la amabilidad como agentes de cambio; las fortalezas de los distintos caracteres de las personas; el optimismo realista; el poder del aquí y el ahora; las relaciones interpersonales como fuente de bienestar o desdicha; las metas y los propósitos de vida.
Nuevas madres que buscan retomar el hilo de su vida profesional, personas que no han encontrado una sexualidad definida o profesionistas insatisfechos con su línea de trabajo son sólo algunos de los perfiles que la entrevistada ha detectado que buscan su asesoría.
"Se trata de propósitos de vida. ¿Estás viviendo en automático o tienes un norte?, ¿cómo estás viviendo ese camino?, porque no sólo es llegar, sino de qué manera lo transitas. Si estás sacrificando toda tu felicidad para llegar allá tal vez no vale mucho la pena", finaliza.