El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) lanzó nueve recomendaciones a padres de familia, para evitar que sus hijos sean víctimas del llamado grooming, una práctica mediante la cual una persona adulta se gana la confianza de menores de edad, con el fin de obtener imágenes o videos con connotación o actividad sexual.
El organismo autónomo señaló, como primera medida, que los padres de familia estén atentos a señales de alerta como que su hija o hijo pase más tiempo de lo habitual con su teléfono y no permita que otros lo usen.
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También recomendó supervisar si sus hijos tienen nuevos amigos o amigas que no conoce o en los que no se confía, así como vigilar el comportamiento de los hijos para detectar algo fuera de lo común, como mantener en secreto sus actividades.
La institución que preside el comisionado Adrián Alcalá Méndez sugirió, además, “observar si recibe obsequios de personas con las que solo interactúa a través de sus redes sociales, y “realizar un seguimiento respetuoso de los hábitos de las niñas, niños y adolescentes en Internet”.
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“Informarse y conocer más sobre las redes sociales, juegos y páginas de Internet que frecuenta; así como con quiénes se comunica, además de alertar a las niñas, niños y adolescentes sobre los riesgos de compartir sus datos personales como nombre, domicilio e imagen, con las personas que interactúan en el entorno digital”, son otras dos recomendaciones del INAI.
El organismo también planteó a los padres de familia configurar los controles parentales en televisores, cables y plataformas para limitar los contenidos y evitar que las niñas, niños y adolescentes accedan a sitios donde pueden correr riesgos y “crear un círculo de confianza entre los padres, madres, personas tutoras y personal docente de las niñas, niños y adolescentes”.
La institución subrayó que las imágenes o videos obtenidas mediante grooming suelen caer en manos de pederastas o distribuirse en redes de abuso sexual y de prostitución infantil, comprometiendo la seguridad física y emocional de las niñas, niños y adolescentes, generando trastornos como depresión y ansiedad e, incluso, revictimización futura.
“En temporada vacacional, las niñas, niños y adolescentes suelen pasar mayor tiempo en Internet lo que aumenta el riesgo de que se conviertan en blanco fácil para delincuentes de todo tipo”, expuso..
Las personas que llevan a cabo las prácticas de grooming, añadió el INAI, “engañan a los menores mediante conversaciones frecuentes que crean la idea de una relación cercana en la que no hay nada que temer, para obtener información personal como fotos o videos, en los que, por lo general, hay una alta exposición de su cuerpo”.
“Así, las personas agresoras logran obtener la información que quieren y pueden llegar a acordar un encuentro cara a cara con ellos amenazándolos con mostrar el material a sus familiares o grupo social”, mencionó.
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El INAI enfatizó que las víctimas de grooming tienden a ocultar la situación por sentimientos de vergüenza o culpabilidad, también pueden pensar que la relación que mantienen con la persona agresora es real, y no ser conscientes de que están siendo o han sido víctimas de un abuso.