La atención médica en México no tiene el talento humano y la tecnología suficiente que permitan que toda la población tenga acceso a servicios de salud que permitan mejorar la calidad de vida en el corto plazo.
En el sistema público, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, en el país existe un déficit de 200 mil médicos y 300 mil enfermeros y enfermeras. Estos datos fueron aportados por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, en abril de este año, mientras la pandemia por Covid estaba en pleno crecimiento.
Posteriormente, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo-López Gatell, aseguró que, durante este periodo, el Gobierno Federal contrató 50 mil médicos para la atención de la pandemia, pero el déficit se mantiene en 150 mil galenos.
Pero en el siglo XXI, la atención médica presenta una nueva tendencia: la personalización de la atención.
Esto implica que cada paciente tenga un seguimiento puntual y un expediente que permita que el personal médico conozca cada una de las necesidades de más de 127 millones de mexicanos.
De acuerdo con una encuesta de la Unidad de Investigación de The Economist, la atención personalizada implica un diagnóstico preciso y temprano, monitoreo a distancia, una mejora en la gestión de riesgos, el alejamiento del modelo único para todos los pacientes, así como opciones de tratamiento personalizado y planes de atención individualizada.
Se ha visto un aumento dramático en la necesidad de atender a la gente de manera remota, no sólo directamente en el sector salud, sino en todo lo que lo rodea
El primer paso para lograr este tipo de atención es la creación de expedientes clínicos electrónicos, que se conjunten en una base de datos accesible para todos los especialistas, sin que el paciente tenga la necesidad de trasladar su expediente físico cada que consulte con un nuevo médico para una enfermedad particular.
Un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) encontró que en Latinoamérica “no existen datos que permitan conocer el grado de adopción” del Registro Médico Electrónico.
En México, desde la administración anterior se propuso la creación de un Expediente Clínico Electrónico, junto con un Certificado Electrónico de Nacimiento y desarrollar la Cartilla Electrónica de Vacunación, dentro de la Estrategia Digital Nacional, a cargo de Alejandra Lagunes, pero todo se quedó en el tintero, pues hasta el momento no existe ninguna iniciativa en México alrededor de este tema.
El documento de The Economist refleja que entre nueve países analizados en América Latina, seis están listos para decidir cómo implementar la medicina personalizada, mientras que México se ubica en un segundo nivel, que implica el “fortalecimiento de las bases”, un sitio que ocupa junto con Chile.
El mayor nivel de retraso lo tienen Perú y Ecuador, quienes, según el estudio están “iniciando el viaje”.
Julio Castrejón Saráchaga, director regional para México de Pure Storage, señala que la implementación de tecnología permite compartir en milisegundos la información completa de un paciente para mejorar la atención entre distintas áreas del hospital o entre nosocomios distintos.
A PASO LENTO
México inició el viaje a la medicina personalizada hace casi 30 años, cuando el gobierno modificó la Norma Oficial Mexicana (NOM) 168 para permitir que los registros médicos fueran capturados en medios magnéticos, electromagnéticos o de telecomunicaciones.
Ese fue el primer paso hacia el Expediente Clínico Electrónico, pero la Reforma de Telecomunicaciones elevó a rango constitucional la obligación del Estado de crear este instrumento para mejorar la atención hacia los mexicanos.
El artículo 14 transitorio de la reforma aprobada en 2013, establece el Expediente Clínico Electrónico (ECE) como parte de la Política de Inclusión Digital Universal.
Los expedientes de cada paciente, por ley, deben conservarse durante cinco años para llevar un seguimiento integral de su salud.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, este expediente es “un conjunto de información almacenada en medios electrónicos centrada en el paciente. Documenta la atención médica prestada por profesionales de la salud con arreglo a las disposiciones sanitarias, dentro de un establecimiento de salud”.
Sin embargo, la mayoría de los centros de salud públicos, como en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el ISSSTE, los mayores centros de atención, los expedientes todavía se capturan a mano, o en el mejor de los casos, con máquina de escribir.
Además, la Agenda de Inclusión Digital del presidente Andrés Manuel López Obrador no considera el estímulo de estrategias que promuevan los expedientes médicos electrónicos en el sector público.
Las empresas que proveen el servicio no tienen acceso a la información del hospital y cuentan con protocolos de seguridad de acceso a la información inquebrantablesJulio Castrejón / Director General en México de Pure Storage
En medio de la pandemia, la tecnología permite tener acceso más rápido a la información de los pacientes en general, tanto de salud, como de cualquier otro nicho, dijo Julio Castrejón Saráchaga, director regional para México de Pure Storage.
“Se ha visto un aumento dramático en la necesidad de atender a la gente de manera remota, no sólo directamente en el sector salud, sino en todo lo que lo rodea, especialmente en el aislamiento”, comentó en entrevista con El Sol de México.
El estudio de The Economist señala que la falta de voluntad política es uno de los principales problemas para el desarrollo de la medicina personalizada.
“La implementación de la medicina personalizada en poblaciones enteras requiere visión y compromiso; un buen ejemplo de ello es la Iniciativa de la Medicina de Precisión lanzada en los Estados Unidos en 2015. Sin embargo, los expertos entrevistados para este estudio indican que esa voluntad política suele estar ausente en muchos de los países que integran el estudio”.
Para los funcionarios del sistema de salud, añade el documento, las intervenciones personalizadas no son soluciones a los problemas sanitarios más urgentes.
“Demostrar que ciertas intervenciones pueden ser costo-efectivas en una economía de gobernanza, concientización y actitudes, infraestructura, administración financiera, voluntad política, actitudes y habilidades de la fuerza de trabajo, sistemas de información y recopilación de datos, financiación y reembolso, así como estrategia, normativa, o pruebas de laboratorio y reconocimiento de valor del mercado emergente, y que otras incluso pueden suponer un ahorro de costos, será la forma más rápida de involucrar a los responsables de formular políticas”, abunda la encuesta de The Economist Intelligence Unit.
AVANCES EN PAPEL
En 2010 se ajustó la NOM-024, que regula los Sistemas de Expediente Clínico Electrónico, cuyo objetivo “es reducir tratamientos redundantes y prevenir errores médicos, pudiendo así impactar en el número de vidas salvadas dentro de las instituciones de salud, reduciendo los costos de atención médica en las mismas”.
La implementación de la tecnología, dice Julio Castrejón, permite una atención remota, rápida y con modelos de consumo que se adaptan a las necesidades de cada hospital público o privado.
El directivo de la compañía especializada en almacenamiento en la nube dice que los sistemas que están disponibles permiten acceso remoto a la información médica de los pacientes que se sumen a estas plataformas.
“En el momento en el que todo mundo tiene que estar en su casa, esto presenta un gran desafío, porque es necesario incrementar la infraestructura de forma rápida, resistente y fácil de utilizar”, mencionó el directivo.
Las soluciones tecnológicas no consumen el espacio que requiere el almacenamiento que es necesario para el papel, lo que implica un ahorro y se generan costos más accesibles tanto para el sector público como privado, dice Julio Castrejón.
Una de las preocupaciones principales alrededor del manejo de la información, en los medios electrónicos es la seguridad y la confidencialidad.
En este sentido, la NOM-24 de 2010 señala que los Sistemas de Expediente Clínico Electrónico “deberán garantizar la confidencialidad de la identidad de los pacientes así como la integridad y confiabilidad de la información clínica y establecer las medidas de seguridad pertinentes y adecuadas a fin de evitar el uso ilícito o ilegítimo que pueda lesionar la esfera jurídica del titular de la información”.
“Si llega un paciente, el hospital levanta un historial que genera un archivo con el expediente clínico y las empresas que proveen el servicio no tienen acceso a la información del hospital y cuentan con protocolos de seguridad de acceso a la información inquebrantables” para garantizar la privacidad, dice Castrejón.
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