México ocupa el primer lugar de impunidad en el Continente Americano y el cuarto en el mundo, de acuerdo al Índice Global de Impunidad (IGI) realizado por la Universidad de las Américas de Puebla (UDLAP).
En el mundo, los 13 países con muy alta impunidad son: Filipinas, India, Camerún, México, Perú, Venezuela, Brasil, Colombia, Nicaragua, Rusia, Paraguay, Honduras y El Salvador.
Mientras que las naciones con el menor índice de impunidad fueron Croacia, Bulgaria, Eslovenia, Suecia, Noruega, Montenegro, República Checa, Grecia, Alemania y Países Bajos.
De acuerdo a la UDLAP, la impunidad es multidimensional. Es decir, la impunidad debe ser entendida como un fenómeno que surge de varias dimensiones del quehacer de un Estado como es la responsabilidad de la seguridad ciudadana, la procuración y administración de justicia, el buen funcionamiento del sistema penitenciario así como la protección de los derechos humanos.
Los índices de impunidad en las entidades federativas de México indican "lamentablemente" que la impunidad es un problema generalizado en el país.
Del total de delitos consumados, solamente existe un 4.46% de sentencias condenatorias. Lo cual arroja una impunidad cercana al 95% de los delitos que fueron acreditados por la autoridad como consumados, de acuerdo a lo revelado por el estudio.
La cifra anterior (delitos consumados) en perspectiva con la cifra negra (delitos que no fueron denunciados por los ciudadanos) arrojaría que la impunidad simple y llana, entendida como delito sin castigo, estaría en los márgenes del 99% en México. Es decir, menos del 1% de los delitos en México son castigados.
Este le cuesta al país 2 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) que son 2 billones de pesos anuales y en materia de imagen su descenso en el ámbito mundial.
El IGI representa el esfuerzo académico internacional más importante para medir los niveles de impunidad en el mundo, según lo pusieron de manifiesto en conferencia de prensa el rector de la Universidad de la Américas de Puebla Luis Ernesto Derbez y los académicos Juan Antonio Leclerk y Gerardo Rodríguez Sánchez Lara.
Afirmaron que el problema de impunidad en México es funcional y estructural. No nació con el actual gobierno, sin embargo, se observa un aumento crítico en las estadísticas delictivas y esto podría deteriorar futuras mediciones de la impunidad.
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