En México, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) publicada por el Inegi, al menos el 64 por ciento de las personas se sienten inseguras en las calles que frecuentan, percepción que mejora en hasta el nueve por ciento con trabajos comunitarios como la pinta de murales, asegura Mai Hernández Castro, directora de operaciones del programa México Bien Hecho.
Murales en Durango, pasos viales en La Paz y colonias completas en Monterrey son algunas de las intervenciones que este programa impulsado por Comex ha podido realizar junto a los vecinos que, con rodillos y brochas en las manos, buscan cambiar la percepción gris y la realidad de su entorno.
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En entrevista con El Sol de México, Hernández Castro asegura que la iniciativa que representa ha podido beneficiar a más de 24 millones de personas en todo el país, pero que aún quedan muchos metros cuadrados que pintar.
Para este 2023, unas de las primeras localidades intervenidas son Tijuana e Iztapalapa, donde la percepción de inseguridad se encuentra en 66.1 y 76 por ciento, respectivamente.
- ¿Tienen algún tipo de características los lugares elegidos para intervenir?
Tienen que ser espacios 100 por ciento públicos, es decir, donde haya un acceso universal a todas las personas y al final (que se alinee a) las problemáticas que atendemos, pues en estos seis años hemos adquirido experiencia de poder trabajar desde el tema de género o desde el tema de unión y confianza entre las personas cuando ha sido rota, hasta temas también de prevención del delito.
- ¿Cuál es la principal característica “rota” en los lugares públicos intervenidos?
La confianza entre las personas. Siempre que nos toca llegar a un lugar trabajamos en el entendimiento de crear de nuevo una comunidad, fortalecemos el lazo entre vecinos y los invitamos a salir a la calle a convivir de manera conjunta para mejorar la seguridad.
- ¿Cómo se escogen los lugares a intervenir?
Tenemos distintas maneras de elegirlos. Hay maneras en donde aliados gubernamentales buscan el programa para poder llevar alguno de los proyectos que ya tenemos a sus lugares.
Tenemos aliados que son también otras marcas que buscan trabajar con nosotros. O bien también tenemos muchas solicitudes que atendemos a través de nuestras redes sociales de asociaciones, ciudadanos organizados, artistas que tienen proyectos y que también nos piden el poder participar en sus localidades.
- Hablas de generar comunidad, ¿hay disminución del delito o algún comportamiento antisocial?
Nosotros hacemos una evaluación más o menos entre un año y medio y dos años después de que hacemos una intervención y lo que hemos visto son muy buenos resultados.
El uso de los espacios aumenta significativamente a casi un 10 por ciento a partir de la intervención. El 64 por ciento, por ejemplo, piensa que estas intervenciones que se hacen tienen un reflejo genuino de su identidad, de su cultura.
La seguridad en nuestra última evaluación pudimos ver que mejoró un nueve por ciento respecto a los años anteriores y la percepción también, porque como parte de nuestro acuerdo con las autoridades procuramos que haya, además, mejoramiento del mobiliario urbano como luminarias.
- ¿A qué se debe esto?
El mural en sí mismo es un recordatorio de lo que sucede en el proceso social que trabajamos con la gente. Lo que es más fuerte es el trabajo comunitario que nosotros llegamos a hacer durante las dos semanas o seis meses que dura el proyecto.
En el caso, por ejemplo, del Cerro de la Campana que hicimos en Monterrey, se debe a la fortaleza de ese trabajo que se hace con la comunidad, en las herramientas que les brindamos. Les damos desde temas de cómo ayudar a la gente a comunicarse de manera no violenta, a escucharse de manera mucho más efectiva, a hacer un diagnóstico en sus palabras, de lo que está mal en su comunidad. Entonces realmente el espacio (intervenido) es un recordatorio de ese trabajo, pero por sí solo terminaría siendo algo no tan fuerte como para tener estos resultados.
- También hay intervenciones que no sólo son murales sino viales, ¿Cómo trabajan ahí?
Ahí nos ha acompañado mucho la cooperación internacional alemana para poder hacer un diagnóstico de cómo en ciertos cruces o ciertas calles funcionaría mejor el poder reducir carriles. Cómo empezar a hacerlo mucho más peatonal a través de ejercicios con pintura en donde vamos educando a las personas a que por ahí ya no ya se reduzca el carril y ver cómo esos ejercicios durante tres, cuatro o cinco meses van funcionando para que después se puedan quedar de manera permanente y entonces sí haya ya una ampliación de banqueta, por ejemplo, pero ya echándole cemento o metiendo bancas.
- ¿Qué planes hay para el corto y mediano plazo?
Siempre es seguir teniendo cada vez a un número mayor de beneficiados. Hoy tenemos a más de 24 millones de personas que hemos logrado beneficiar y pues (nos gustaría) tratar siempre de seguir apoyando.
Yo creo que ese es el objetivo primordial. Dejar esas herramientas sociales a la gente y ver cómo al final terminan empoderándose para poder utilizar su espacio como pretexto de muchas cosas más que tienen que ver con la confianza y con la unión entre las personas.
NUMERALIA
- Percepción de la calidad en localidades intervenidas aumentó 9%
- Vandalismo disminuyó hasta 12% después de la campaña
- 83% por ciento de los vecinos están dispuestos a participar en acciones para mejorar su colonia