/ domingo 11 de agosto de 2024

Propaganda electoral provocó la tercera ola de calor: Universidad Iberoamericana

De acuerdo con el doctor Juan Manuel Núñez, durante el proceso electoral se produjeron cerca de 10 mil toneladas de basura, que tardan cientos de años en degradarse

Este año se rompió el récord con una temperatura de 34.4 grados centígrados que superó mediciones de las dos últimas décadas en la Ciudad de México y la mayor cantidad de contingencias ambientales en lo que va del Siglo XXI.

Y la propaganda electoral provocó la tercera ola de calor, aseguró el doctor Juan Manuel Núñez, coordinador de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana CDMX (UIA).

Hay mucha incertidumbre con el clima que ha cambiado por cuestiones multifactoriales: cada vez hay menos espacios verdes y más concreto, más zonas urbanas y menos arboladas. Hay procesos locales y globales, afirmó a su vez el doctor José Alberto Lara Pulido, director del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad, de la misma casa de estudios.

De acuerdo al doctor Juan ManueI Núñez, en la Ibero, hicieron un cálculo para estimar la cantidad de postes en la CDMX y la superficie y peso del material electoral colgado en el espacio público, en el reciente proceso electoral.

Según el INEGI, la Ciudad de México cuenta con 2.8 millones de viviendas distribuidas en 66 mil 400 manzanas. Y para el suministro de electricidad, telefonía e internet y alumbrado público, se cuenta con un millón 245 mil postes.

Con estos datos, se analizó que se colocaron en los postes por lo menos dos pendones y lonas, fabricadas con PVC, que pueden tardar cientos de años en degradarse.

Se encontró que fueron 9 millones 960 mil pendones colgados en 4 ocasiones durante tres meses. Cada pendón, con una superficie de 1.6 metros cuadrados y un peso promedio de 976 gramos cada uno, equivalen a una superficie total de mil 593.6 hectáreas y cerca de 10 mil toneladas de basura.

Según el cálculo de la UIA, el tamaño del problema es que esta cantidad de residuos equivale a 2.3 veces la superficie del Bosque de Chapultepec y al peso de 750 trolebuses.

Ese es el tamaño del problema de la propaganda del reciente proceso electoral y el reflejo del nulo interés de las autoridades gubernamentales a los impactos ambientalesJuan Manuel Núñez

Y la mucha incertidumbre en el clima, se traduce en costos, que genera efectos en la salud. Es una incertidumbre para el ser humano porque no sabe qué va a pasar, qué hacer. Uno no sabe cómo responder a veces. Hay que estar preparados para resultados muy impactantes, aseguró el doctor Lara Pulido.

“En términos muy llanos te afecta como persona. Cuando era niño estábamos acostumbrados a que hubiera un clima predecible y tranquilo. Y ha cambiado”, comentó.

El clima ha cambiado por cuestiones multifactoriales: cada vez hay menos espacios verdes y más concreto; más zonas urbanas y menos arboladas.

Hay procesos globales y locales. Globales el cambio climático. Y locales, geográficos por el hecho de dónde estamos: en la Cuenca del Valle de México donde no corren los contaminantes.

La situación geográfica también influye. Siempre lo hemos sabido. Vivimos en un plato hondo si lo vemos desde arriba”, dijo en el curso de la entrevista con El Sol de México.

Con los estudios e investigaciones en la UIA, se busca a corto plazo evitar muertes, cuidar la salud. Además porque aumentan las personas de mayor edad, precisó el director del Centrus.

¿Qué hacen a nivel de investigación en la Ibero?

-En la Ibero nos interesa que la gente esté preparada para que se eviten muertes y daños. Nos interesa desarrollar instrumentos económicos que permitan hacer frente a los problemas ambientales.

Y también, compensar a las personas que tienen bosques y selvas; ayudar con diferentes formas a revegetar la ciudad y buscar alternativas tanto para que las autoridades tomen medidas y también los habitantes, como la captación de agua de lluvia, etc.

Son varios temas que se concentran en reducir la vulnerabilidad. También es importante entender la actividad económica. Nosotros en la Ibero no nos peleamos para nada con la actividad económica.

¿A qué obedece tanto calor en las ciudades?

-Se debe a la pérdida de vegetación básicamente. Conforme la ciudad crece se tiene menos vegetación y eso hace que se pierda un valor. Este año fue particularmente muy caluroso por El Niño, fenómeno climático que trae consigo ausencia de viento y agua y hace que aunado a la falta de vegetación, se sienta tanto calor.

Pero entró La Niña con el efecto contrario, donde tendremos eventos meteorológicos más intensos. Básicamente esa es la razón por el tanto calor que sufrimos este año.

Una cosa que es un fenómeno regular: El Niño y otro que es más de tendencias por pérdida de vegetación en las ciudades.

¿Son también efectos del cambio climático?

-A largo plazo sí. Vemos el cambio climático con un aumento sostenido de temperatura a largo plazo. Pero otro de los efectos es la variabilidad de los eventos. Hablamos de variaciones de entre 2 a 4 grados. Y 4 grados más, ya es una situación difícil. Es la variabilidad lo que vemos: variación de la intensidad de huracanes, de sequías, etc.

La cuarta ola de calor la anunció Conagua a partir del 2 de junio, significó un período de 6 días de intenso calor. Eso ya pasó. Luego vino la llegada del huracán Alberto y cambiaron las cosas.

Insisto, ahora lo que vamos a ver son los efectos contrarios con La Niña.

¿Sus efectos son menos nocivos que El Niño?

-No, porque los eventos son por huracanes o por lluvias que generan más mortalidad que el calor, aunque el calor también genera muertes.

¿Este año se tuvieron 155 decesos por altas temperatura en el país?

-Sí. Tengo un dato. Un artículo científico de que el 3 por ciento de los decesos de las personas adultas mayores tiene que ver con los efectos de las ondas de calor. Las afectan de manera desproporcionada.

Y lo que provoca son enfermedades de corazón y tiene también qué ver con la contaminación local. Vamos a ver esto cada vez más frecuentemente.

¿Qué hacer ante estas circunstancias y nuevo panorama?

-Hay de dos: una es el cambio climático. Y es recuperar la vegetación de la CDMX. Entender qué es lo que necesitamos: ya no perder vegetación y recuperar espacios verdes y empezar a reforestar. Esto es a largo plazo.

Y la segunda es a corto plazo: ante estas ondas de calor o tormentas, tener protocolos en la ciudad que no los tenemos. Así como los tenemos para los sismos. Tenerlos ante estas olas de calor. Necesitamos un sistema que nos alerte y saber qué hacer.

Necesitamos un sistema que nos alerte, conocer el efecto de un ataque cardiaco por cuestiones de calor. Necesitamos saber a corto plazo cómo actuar y a largo plazo reforestar la ciudad.

¿Cuántos Bosques de Chapultepec necesitamos para reforestar la CDMX?

-De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona debe tener acceso a 9 metros cuadrados de espacios verdes. Pero eso es muy diferenciado. Por un lado, las personas que viven alrededor del Bosque de Chapultepec, lo tienen. En zonas de mayores ingresos lo tienen.

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Pero las personas que viven en el oriente de la ciudad y en otros lados, no. Son islas de concreto donde se acumula el calor. Y entonces, la cifra es esa: 9 metros cuadrados de espacios verdes por persona.

Cada persona necesita un cuarto más o menos grande. Hay que multiplicarlo. Y necesitamos 90 millones de metros cuadrados, equivalentes a dos Bosques de Chapultepec más, dijo el doctor José Alberto Lara Pulido.

Este año se rompió el récord con una temperatura de 34.4 grados centígrados que superó mediciones de las dos últimas décadas en la Ciudad de México y la mayor cantidad de contingencias ambientales en lo que va del Siglo XXI.

Y la propaganda electoral provocó la tercera ola de calor, aseguró el doctor Juan Manuel Núñez, coordinador de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana CDMX (UIA).

Hay mucha incertidumbre con el clima que ha cambiado por cuestiones multifactoriales: cada vez hay menos espacios verdes y más concreto, más zonas urbanas y menos arboladas. Hay procesos locales y globales, afirmó a su vez el doctor José Alberto Lara Pulido, director del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad, de la misma casa de estudios.

De acuerdo al doctor Juan ManueI Núñez, en la Ibero, hicieron un cálculo para estimar la cantidad de postes en la CDMX y la superficie y peso del material electoral colgado en el espacio público, en el reciente proceso electoral.

Según el INEGI, la Ciudad de México cuenta con 2.8 millones de viviendas distribuidas en 66 mil 400 manzanas. Y para el suministro de electricidad, telefonía e internet y alumbrado público, se cuenta con un millón 245 mil postes.

Con estos datos, se analizó que se colocaron en los postes por lo menos dos pendones y lonas, fabricadas con PVC, que pueden tardar cientos de años en degradarse.

Se encontró que fueron 9 millones 960 mil pendones colgados en 4 ocasiones durante tres meses. Cada pendón, con una superficie de 1.6 metros cuadrados y un peso promedio de 976 gramos cada uno, equivalen a una superficie total de mil 593.6 hectáreas y cerca de 10 mil toneladas de basura.

Según el cálculo de la UIA, el tamaño del problema es que esta cantidad de residuos equivale a 2.3 veces la superficie del Bosque de Chapultepec y al peso de 750 trolebuses.

Ese es el tamaño del problema de la propaganda del reciente proceso electoral y el reflejo del nulo interés de las autoridades gubernamentales a los impactos ambientalesJuan Manuel Núñez

Y la mucha incertidumbre en el clima, se traduce en costos, que genera efectos en la salud. Es una incertidumbre para el ser humano porque no sabe qué va a pasar, qué hacer. Uno no sabe cómo responder a veces. Hay que estar preparados para resultados muy impactantes, aseguró el doctor Lara Pulido.

“En términos muy llanos te afecta como persona. Cuando era niño estábamos acostumbrados a que hubiera un clima predecible y tranquilo. Y ha cambiado”, comentó.

El clima ha cambiado por cuestiones multifactoriales: cada vez hay menos espacios verdes y más concreto; más zonas urbanas y menos arboladas.

Hay procesos globales y locales. Globales el cambio climático. Y locales, geográficos por el hecho de dónde estamos: en la Cuenca del Valle de México donde no corren los contaminantes.

La situación geográfica también influye. Siempre lo hemos sabido. Vivimos en un plato hondo si lo vemos desde arriba”, dijo en el curso de la entrevista con El Sol de México.

Con los estudios e investigaciones en la UIA, se busca a corto plazo evitar muertes, cuidar la salud. Además porque aumentan las personas de mayor edad, precisó el director del Centrus.

¿Qué hacen a nivel de investigación en la Ibero?

-En la Ibero nos interesa que la gente esté preparada para que se eviten muertes y daños. Nos interesa desarrollar instrumentos económicos que permitan hacer frente a los problemas ambientales.

Y también, compensar a las personas que tienen bosques y selvas; ayudar con diferentes formas a revegetar la ciudad y buscar alternativas tanto para que las autoridades tomen medidas y también los habitantes, como la captación de agua de lluvia, etc.

Son varios temas que se concentran en reducir la vulnerabilidad. También es importante entender la actividad económica. Nosotros en la Ibero no nos peleamos para nada con la actividad económica.

¿A qué obedece tanto calor en las ciudades?

-Se debe a la pérdida de vegetación básicamente. Conforme la ciudad crece se tiene menos vegetación y eso hace que se pierda un valor. Este año fue particularmente muy caluroso por El Niño, fenómeno climático que trae consigo ausencia de viento y agua y hace que aunado a la falta de vegetación, se sienta tanto calor.

Pero entró La Niña con el efecto contrario, donde tendremos eventos meteorológicos más intensos. Básicamente esa es la razón por el tanto calor que sufrimos este año.

Una cosa que es un fenómeno regular: El Niño y otro que es más de tendencias por pérdida de vegetación en las ciudades.

¿Son también efectos del cambio climático?

-A largo plazo sí. Vemos el cambio climático con un aumento sostenido de temperatura a largo plazo. Pero otro de los efectos es la variabilidad de los eventos. Hablamos de variaciones de entre 2 a 4 grados. Y 4 grados más, ya es una situación difícil. Es la variabilidad lo que vemos: variación de la intensidad de huracanes, de sequías, etc.

La cuarta ola de calor la anunció Conagua a partir del 2 de junio, significó un período de 6 días de intenso calor. Eso ya pasó. Luego vino la llegada del huracán Alberto y cambiaron las cosas.

Insisto, ahora lo que vamos a ver son los efectos contrarios con La Niña.

¿Sus efectos son menos nocivos que El Niño?

-No, porque los eventos son por huracanes o por lluvias que generan más mortalidad que el calor, aunque el calor también genera muertes.

¿Este año se tuvieron 155 decesos por altas temperatura en el país?

-Sí. Tengo un dato. Un artículo científico de que el 3 por ciento de los decesos de las personas adultas mayores tiene que ver con los efectos de las ondas de calor. Las afectan de manera desproporcionada.

Y lo que provoca son enfermedades de corazón y tiene también qué ver con la contaminación local. Vamos a ver esto cada vez más frecuentemente.

¿Qué hacer ante estas circunstancias y nuevo panorama?

-Hay de dos: una es el cambio climático. Y es recuperar la vegetación de la CDMX. Entender qué es lo que necesitamos: ya no perder vegetación y recuperar espacios verdes y empezar a reforestar. Esto es a largo plazo.

Y la segunda es a corto plazo: ante estas ondas de calor o tormentas, tener protocolos en la ciudad que no los tenemos. Así como los tenemos para los sismos. Tenerlos ante estas olas de calor. Necesitamos un sistema que nos alerte y saber qué hacer.

Necesitamos un sistema que nos alerte, conocer el efecto de un ataque cardiaco por cuestiones de calor. Necesitamos saber a corto plazo cómo actuar y a largo plazo reforestar la ciudad.

¿Cuántos Bosques de Chapultepec necesitamos para reforestar la CDMX?

-De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona debe tener acceso a 9 metros cuadrados de espacios verdes. Pero eso es muy diferenciado. Por un lado, las personas que viven alrededor del Bosque de Chapultepec, lo tienen. En zonas de mayores ingresos lo tienen.

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Pero las personas que viven en el oriente de la ciudad y en otros lados, no. Son islas de concreto donde se acumula el calor. Y entonces, la cifra es esa: 9 metros cuadrados de espacios verdes por persona.

Cada persona necesita un cuarto más o menos grande. Hay que multiplicarlo. Y necesitamos 90 millones de metros cuadrados, equivalentes a dos Bosques de Chapultepec más, dijo el doctor José Alberto Lara Pulido.

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