Es un equipo de 50 profesionales de la salud que trabajan las 24 horas del día. Son médicos, enfermeras y trabajadores sociales que cargan con una misión vital: evitar que las personas que llegan al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) en vuelos internacionales y que sean potenciales casos de COVID-19 entren al país sin ser detectados.
Se trata de la Unidad de Sanidad Internacional, que dependen del gobierno de la Ciudad de México y trabaja en coordinación con las autoridades aeroportuarias para detectar casos sospechosos de coronavirus. Con seis cámaras termográficas y 50 termómetros infrarrojos vigilan cada vuelo internacional que llega al AICM.
El reto es mayúsculo, pues son 50 personas que montan vigilancia epidemiológica a los 380 vuelos y 43 mil pasajeros internacionales que a diario fluyen en el AICM. Sin embargo, se pone especial énfasis en los provenientes de los 11 países con contagios comunitarios de coronavirus: China, Hong Kong, Corea del Sur, Japón, Italia, Irán, Singapur, España, Francia, Alemania y Estados Unidos.
El protocolo
En conferencia de prensa desde el aeropuerto, la encargada de la Unidad de Sanidad Internacional, Yareli Pérez explicó a detalle cuál es el protocolo que siguen para detectar casos sospechosos de coronavirus. Todo empieza desde el aire, cuando la tripulación de los aviones reporta a Torre de Control del AICM los posibles casos de enfermedades respiratorias.
Posteriormente la Torre de Control da la indicación de aterrizar en posición remota, y los pasajeros no pueden descender del avión hasta que acudan las brigadas de la Unidad de Sanidad Internacional para hacer la verificación sanitaria. Se hacen entrevistas breves y se toma la temperatura con los termómetros infrarrojos, para evitar contacto con los posibles casos de coronavirus.
En las entrevistas se les preguntan datos del vuelo, datos personales, ocupación, datos de contacto y “la parte más importante es ver con quiénes han viajado en el vuelo, qué lugares han visitado y específicamente las fechas, porque dependiendo de las fechas vamos a poder calcular cuál es el riesgo que tienen. Ya que tenemos todo su itinerario de viaje, procedemos a una parte médica, que es como cualquier historia clínica donde el médico checa sus signos vitales hasta la exploración física y finalmente emite un diagnóstico”.
“Si son síntomas de enfermedad leve se toman sus datos, se manda a su casa para seguir la vigilancia, si es necesario se toma la muestra de laboratorio que consiste en hacer la muestra nasal y otra faríngea, la información se manda a la Jurisdicción Sanitaria y a la Dirección General de Epidemiología”, explicó el director general de los Servicios de Salud Pública de la Ciudad de México, Jorge Ochoa Moreno.
En el caso de que un pasajero cumpla con la definición operacional, es decir, que provengan de zonas de riesgo, explicó Yareli Pérez, “se revisa, se encuesta, a los contactos más próximos de las filas, que son tres adelante, tres atrás y tres a los lados, también se les hace una encuesta sanitaria. Si alguno presenta síntomas también se le revisa”.
A los viajeros que presenten síntomas mayores se les gestiona un traslado a un hospital en ambulancias del AICM para su atención médica. Se valora su estado de salud y se le aplicaría la prueba correspondiente para confirmar o descartar un caso de COVID-19.
Al resto de los pasajeros se les permite la salida del avión, sin embargo, en convenio con las aerolíneas nos permiten el listado de pasajeros con datos de contacto para hacer seguimiento. Si se quedan en la Ciudad de México, sus datos se envían a las Jurisdicciones Sanitarias que abarcan su domicilio para mantener el seguimiento por 14 días y corroborar que no enfermen.
“Si se van a otro estado, se notifica a la Secretaría de Salud del estado para que haga lo propio. Si en algún momento hace una conexión a otro país, se notifica a nivel federal para que la Dirección General de Epidemiología se ponga en contacto con los ministerios de salud de cada país para que les den seguimiento”, abundó la encargada de Sanidad Internacional del AICM.
De esa manera, dijo, “cortamos la cadena de transmisión, hacemos una contención de la situación y es como damos los seguimientos”. Hasta ahora, de febrero a la fecha se han realizado 642 verificaciones epidemiológicas que o bien procedían de zonas de risgo o manifestaron tener síntomas.
No obstante, la doctora Yareli Pérez dijo que de los 93 casos confirmados de COVID-19 en México, ninguno fue hallado como tal al momento de ingresar al AICM, sino que se confirmó que era portador del virus hasta días después bajo monitoreo médico.
Sanidad Internacional considera caso sospechoso a cualquier persona, de cualquier edad, que presente síntomas o enfermedades respiratorias leves o graves y que 14 días antes del inicio de los síntomas haya estado en contacto con un caso confirmado o sospechoso de COVID-19 o que haya visitado alguno de los 11 países con transmisión comunitaria del virus.
Seguimiento a turistas
En el caso de los turistas que arriban al AICM para tener una estancia de corto plazo, el protocolo marca que si vienen de los 11 países considerados como de alto riesgo se procede con una revisión sanitaria y se le solicitan los datos personales, así como del lugar donde van a estar hospedados y de los lugares que van a visitar. “De esa manera nosotros estamos monitoreándolos”.
“Al final de la entrevista se les da un número de teléfono para que llame para que en cualquier momento de los días que estén aquí informen si presentan algún síntoma y entonces sean visitados o atendidos vía telefónica para que se les dé la atención”, explicó la doctora Yareli Pérez.
Te recomendamos ⬇