Si no hay cubrebocas, gasas, jabón, jeringas, tubos para muestras, batas estériles o caretas “¡resuélvelo es tu trabajo! Tú tienes que ver cómo hacerlo”, así es como Jorge se contagió de Covid-19 en el Hospital General Ecatepec Doctor José María Rodríguez, fue obligado a continuar con sus guardias a pesar de ello y 23 días después falleció sin que se le entregaran los resultados de su prueba para confirmar la enfermedad a pesar de los síntomas y haber presentado una oxigenación de 65 por ciento.
Sus compañeros, más de 30 internos de pregrado, alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Politécnico Nacional y de la Universidad Autónoma del Estado de México fueron retirados de la atención a pacientes Covid-19 y se niegan a regresar hasta que les sea otorgada la vacuna o en su caso hasta corroborar que “nos encontramos inscritos en un listado oficial para ser aspirantes a la aplicación de la misma”.
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En un oficio dirigido al secretario de Salud, Jorge Alcocer, los jóvenes estudiantes denuncian que en la primera ronda de vacunación “se llamó a personal médico que tiene poco o nulo contacto con pacientes con ducha patología, mientras que nosotros como residentes tenemos que cubrir la entrada a dicha zona hasta n 3 turnos continuos cuando la situación lo demanda, como en la ausencia de algún médico adscrito o cuando la capacidad de ver pacientes con Covid-19 rebasa la capacidad en un solo médico en turno”.
Al conocer la denuncia, el presidente la Asociación Mexicana de Médicos en Formación, Jürgen Adam Sánchez, demandó a las autoridades exentar de zonas de alto riesgo a los médicos en formación en todos sus niveles.
Entre los trece puntos de demanda exigió “garantizar el equipo de protección persona adecuado y de calidad a todo personal de la salud que se encuentre en zonas de alto riesgo y proporcionar de manera precoz pruebas diagnósticas a todo el personal que se presente con sospecha de infección por SARS CoV2”.
La Secretaría de Salud dio a conocer el miércoles que hasta ahora se han contagiado de Covid-19 un total de 2 mil 397 médicos.
Desde hace diez meses los médicos internistas, así como los residentes y médicos incorporados a las instituciones de salud han denunciado la falta de insumos y medicamentos para atender la pandemia.
El documento de la Asociación demanda que se puedan facilitar permisos de ausencia e incapacidad a todo el personal que lo amerite y “garantizar atención médica de calidad en caso de sospecha de infección por SARS CoV2 o cualquier comorbilidad que amerite el personal”.
En el documento que se envió a las autoridades educativas y de salud acusó que hay “abuso constante de autoridad, exigiendo (que los internos) realicen acciones específicas y riesgosas bajo amenazas. Relatos que han demostrado la negligencia que conllevaron al deceso de un compañero”.
El caso que ejemplifica eso es lo que le ocurrió a Jorge: “le decían que no se veía tan mal y que se tenían que quedar a cubrir sus guardias. En el departamento de enseñanza le decían que si no tenían una incapacidad tenía la obligación de ir a cumplir con sus guardias o de lo contrario se le iban a considerar como faltas, abandono de su trabajo, aun cuando estaban enterados de todos” de lo que le ocurría.
Al lograr el respaldo de las autoridades de enseñanza de la UNAM, el IPN u la UAEM, los jóvenes esperan que las autoridades de la Secretaría de Salud de respuesta al pliego petitorio de seis puntos, entre ellos, contar con acceso lo antes posible a la vacunación para SARS-COV2, así como con el cumplimiento del esquema completo para la misma, por ser personal de primeria línea, a pesar de no estar considerados como tal, y estar expuestos en áreas de alto riesgo (choque, urgencias, triage respiratorio, medicina interna).
La representante de la Asociación Mexicana de Médicos en Formación en ese hospital dijo a El Sol de México que las autoridades han sido insensibles ante la denuncia y demanda de insumos para evitar los contagios en los últimos seis meses, por parte de los médicos internistas.
Aseguró que desde el mes de julio a la fecha 80 por ciento de los internos han resultado positivos a Covid-19, ello ha provocado que, a su vez, al menos en tres de los casos provocaron a su vez el contagio de sus padres o familiares y han fallecido tres adultos y en este momento existen cinco personas más que se encuentran bajo seguimiento médico.
Tenemos que cubrir la entrada hasta tres turnos continuosMédicos Internos
El caso más grave es el de una joven doctora que tiene apoyo de oxígeno, porque tiene bronconeumonía. Ella contagió a sus papás y hermana, por lo que ellos le dan seguimiento a la enfermedad.
El documento de la AMMEF también demanda a las autoridades universitarias “vigilar activamente a los estudiantes de medicina de sus instituciones, las condiciones bajo las cuales desempeñan sus prácticas clínicas, internados de pregrado, servicio social y residencia médicas, garantizando tener sedes que proporcionen medidas adecuadas de seguridad y bienestar durante la práctica médica”.
A las autoridades de salud del país pidieron “garantizar el abasto de insumos y equipo de protección personal a las instituciones de salud”.
También exigieron “generar nuevos contratos de personal de salud para cubrir las necesidades de los servicios en materia de recursos humanos para la salud”.
Enfatizaron la necesidad de supervisar activamente el cumplimiento de los protocolos en materia de seguridad personal y de manejo de pacientes con infección del nuevo virus, así como generar decretos oficiales que permitan conocer el alcance máximo de los estudiantes del área de la salud en sus campos clínicos.
La representante de los alumnos internos de pregrado afirma que han dejado claro a las autoridades que podrán “regresar lo antes posible al servicio, pero bajo condiciones adecuadas. No estamos dispuestos a que suceda una situación similar a la de Jorge. Nosotros sabemos que no era necesario que pasara lo que sucedió con Jorge para que se brindaran las condiciones mínimas para atender a pacientes de este tipo, no queremos que vuelva a pasar una situación similar, solo queremos trabajar como se debe”.
Jorge presentó los primeros síntomas el 12 de diciembre: diarrea, cefalea y mialgias, entre otras, al comentarle al médico adscrito en ese momento, le pidió continuar con su guardia.
Tres días después, el 15 de diciembre, los malestares seguían por lo que Jorge acudió al servicio de Triage donde se le realizó una nota de valoración médica: “paciente sin datos de dificultad respiratoria, afrebril, neurológicamente íntegro”, por lo que el médico que lo atendió consideró que no tenían una definición clara de la epidemia.
El estudiante seguía presentando dolor de cabeza y otros síntomas más, pero sin fiebre, por lo que le pidió regresar a su guardia porque “no se veían tan mal”.
Para el día 18 de diciembre el cuadro clínico de Jorge López Rivas empeoró. Por lo que se hace del conocimiento del servicio de Urgencias, Epidemiología y Enseñanza de la Unidad, en donde le pidieron que se realizara la prueba en su Unidad de Medicina Familiar, pero el joven ya había acudido desde el día 15 sin embargo aún no estaban sus resultados.
El área de enseñanza del hospital solicitó al joven los resultados de la prueba para otorgarle su incapacidad. Ahí se le advierte que de no presentarla se tomaría como incumplimiento de su labor, “por lo cual él asiste a su servicio, con agravamiento del cuadro clínico durante la guardia”, cuenta el documento que elaboraron sus compañeros ante las autoridades de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala.
En el relato se menciona que al sentir cada vez más los síntomas Jorge decidió regresar a su casa. Hasta el 21 de diciembre, Jorge seguía en espera de los resultados de la prueba de PCR, pero el paso de los días había provocado que su situación se agravara, por lo que ese día su familia lo llevó a un médico particular quien al identificar los síntomas y una saturación de oxígeno a 79 por ciento, le expide una receta con medicamento para tratar Covid-19.
Al notificar al hospital de su situación el área de enseñanza pidió que Jorge asistiera para valorarlo ahí.
“Los resultados de la prueba PCR no llegaron ni fueron exigidos por enseñanza, quienes tampoco contactaron a familiares, aún con la ausencia por varias guardias de nuestro compañero, mismas que se tomaron como faltas”, relatan sus compañeros
Jorge y su familia confiaban en que el tratamiento particular sería efectivo, sin embargo, el 4 de enero del 2021 se encontraba en condición cada vez más agravada por lo que sus familiares lo llevaron al hospital alrededor de las 17 horas. Para entonces su oxigenación era de 65 por ciento.
Por su condición fue ingresado directamente a la sala de choque donde es reanimado durante cuarenta minutos, sus compañeros relatan que a pesar de los esfuerzos del equipo de médicos no contaban con “guantes, alcohol, jeringas, válvula, mascarilla reservorio, toma de oxígeno funcional, laringoscopio, medicamentos inductores de coma, catéter trilumen, ni equipo de protección personal”, por lo que a las 17:40 horas de ese día Jorge falleció”.
Hasta la mañana del jueves 8 de enero ninguna autoridad del hospital se había contactado con los familiares de Jorge.