BUENOS AIRES. El presidente de Argentina, Alberto Fernández, y su homólogo de Chile, Gabriel Boric, dieron en Buenos Aires muestras de armonía personal y complicidad política, pese a las diferencias que arrastran por los límites de la plataforma continental, y abogaron por la unidad de América Latina y el refuerzo de la relación bilateral.
“Si bien durante mucho tiempo estuvimos mirando en otras direcciones, ya sea al norte o al Pacífico, con relaciones que nos interesa mantener y profundizar, nuestra base es América Latina. Chile es un pueblo latinoamericano, y desde ahí vamos a construir comunidad, región, cooperación e internacionalismo”, dijo el izquierdista Boric al comparecer junto a Fernández, de perfil progresista.
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El mandatario chileno llegó el domingo a Buenos Aires e inició ayer una visita de Estado de dos días acompañado por varios ministros de su gobierno. Este es su primer viaje al exterior desde que llegó al poder el 11 de marzo pasado.
Boric dijo que su gobierno va a promover que se respeten los derechos humanos en todos los lugares del mundo, independientemente del color político, pero cuestionó que se le pregunte siempre por los de izquierda y no por los de derecha.
“El problema que existe en algunos sectores de izquierda respecto de un doble estándar en derechos humanos también los tienen los sectores de derecha cuando hablan solamente de la triada Venezuela-Cuba-Nicaragua y el periodismo lo reproduce permanentemente”.
“¿Por qué los medios solamente me preguntan por Venezuela, Cuba y Nicaragua y no por las violaciones de derechos humanos por ejemplo en nuestro país, en Chile, o los asesinatos de dirigentes sociales en Colombia?”, cuestionó.
Al final, ambos gobiernos confirmaron que rehabilitarán el año próximo un oleoducto que une a los dos países y buscarán un mayor comercio de gas natural.