BRASILIA. La llamada "máquina de propaganda", que seguidores del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, mantienen en redes sociales y es sospechosa de propagar noticias falsas a granel, entró de lleno este en el punto de mira de la Justicia.
La Policía Federal, por orden de la Corte Suprema de una investigación sobre "fake news" y amenazas a ese tribunal, registró oficinas y residencias de decenas de personas vinculadas al "bolsonarismo".
Entre quienes fueron objeto de allanamientos o serán citados a declarar están influyentes empresarios, activistas de ultraderecha, parlamentarios y otras figuras políticas vinculadas a Bolsonaro, que en las últimas semanas han convocado, vía internet, manifestaciones para exigir el "cierre" del Parlamento y de la Corte.
A muchas de esas protestas, que incluso desafían y piden acabar con las medidas de aislamiento social impuestas por las autoridades locales para contener el avance del Covid-19, ha asistido el propio Bolsonaro, quien con su sola presencia alienta esos movimientos.
La investigación que dirige el juez De Moraes intenta establecer la verdadera identidad de un número indeterminado de perfiles que en las redes sociales difunden mensajes con mentiras y amenazas, muchas veces replicadas por parlamentarios y activistas del "bolsonarismo".
También se pretende determinar si existen redes de financiación de esas actividades, que el propio magistrado y hasta los plenos del Supremo y el Parlamento consideran una "amenaza" a las instituciones del país, a la democracia y al Estado de Derecho.
Bolsonaro no se manifestó ayer inmediatamente sobre esa operación de la Policía Federal, organismo en el que fue acusado de "interferir" ilegalmente por el exministro de Justicia Sergio Moro, lo que motivó otra investigación que cursa en el Supremo.
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