QUITO. El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, denunció un intento de golpe de Estado promovido por los líderes de las protestas contra su Gobierno, quienes horas antes deslizaron la posibilidad de iniciar en la Asamblea Nacional un proceso para destituir al jefe del Estado.
En un mensaje a la nación difundido por televisión y redes sociales, Lasso hizo "un llamado a la comunidad internacional para advertir este intento de desestabilizar la democracia en el Ecuador" ante la propuesta de su destitución, que también fue valorada por los asambleístas afines al correísmo.
El mandatario acusó al presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, principal promotor de las movilizaciones, de buscar "el derrocamiento del Gobierno" tras anunciar este que Pachakutik, brazo político de la Conaie, evaluará solicitar en la Asamblea la destitución de Lasso.
El gobernante lamentó que ese anuncio realizado por Iza llegue después de que el Gobierno aceptase su solicitud de dejar al movimiento indígena ingresar a la Casa de la Cultura Ecuatoriana en Quito para instaurar una "asamblea popular", una de las condiciones que el dirigente había puesto para aceptar dialogar con el Ejecutivo.
Lasso también se mostró sorprendido de que la Conaie y Pachakutik hablen de promover su destitución en el Parlamento cuando el día anterior, según afirmó, habían llegado a un acuerdo con representantes del movimiento indígena.
La Constitución ecuatoriana, en el numeral 2 de su artículo 130, contempla la posibilidad de destituir al gobernante "por grave crisis política y conmoción interna", lo que puede ocurrir en 72 horas una vez aceptada la moción.
En la jornada 12 de las protestas, miles de indígenas se enfrentaron con policías y militares cerca del Congreso de Ecuador. Los manifestantes atacaban con piedras y cohetes de fuegos pirotécnicos por distintos puntos hacia la sede del Parlamento, que era defendida por las fuerzas de seguridad disparando bombas de gas lacrimógeno.
EVALÚAN USAR MUNICIÓN LETAL
Minutos antes, el ministro del Interior, Patricio Carrillo, ya había anticipado que la Policía evaluaba comenzar a usar armamento letal contra los manifestantes al afirmar que hay protestantes que están usando ya esa munición contra las fuerzas de seguridad.
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Este anuncio llegó en el día 12 de protestas donde la Conaie exige el cumplimiento de un pliego de 10 demandas, con puntos como que se reduzcan y congelen los precios de los combustibles, que se controlen los precios de productos de primera necesidad, que no se privaticen empresas estatales y que no se amplíe la actividad petrolera y minera en la selva amazónica.
Hasta ahora las protestas, que comenzaron el 13 de junio, dejan cinco fallecidos y no menos de 200 heridos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, con graves actos de represión y también de violencia y vandalismo como la quema y saqueo de un cuartel policial y una emboscada a un convoy militar.