GINEBRA. La desigualdad en el acceso a las vacunas contra el Covid-19 entre países ricos y pobres “aumenta” y se vuelve “grotesca”, afirmó el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“En enero, declaré que el mundo estaba al borde de un catastrófico fracaso moral si no se adoptaban medidas urgentes para garantizar una distribución justa de las vacunas anticovid. Tenemos los medios para evitar este fracaso, pero es sorprendente lo poco que se ha hecho para evitarlo”, dijo en rueda de prensa.
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“La diferencia entre el número de vacunas administradas en los países ricos y el número de vacunas administradas a través de Covax aumenta y se vuelve cada día más grotesca”, subrayó.
El sistema internacional Covax, creado especialmente por la OMS, busca abastecer este año de dosis a 20 por ciento de la población de casi 200 países y territorios y también cuenta con un mecanismo de financiación para ayudar a 92 países desfavorecidos.
“Los países que vacunan actualmente a personas más jóvenes, en buena salud y con riesgo bajo de contraer Covid-19 lo hacen en detrimento de la vida del personal sanitario, de las personas mayores y otros grupos de riesgo en otros países”, apuntó el jefe de la OMS.
“Los países más pobres se preguntan si los países ricos piensan realmente lo que dicen cuando hablan de solidaridad. La distribución no equitativa de las vacunas no es sólo un escándalo moral, sino también es autodestructiva económica y epidemiológicamente”, insistió.
“Algunos países se apresuran en vacunar a toda la población cuando otros países no tienen nada. Esto puede dar seguridad a corto plazo, pero es un falso sentimiento de seguridad”, agregó.
El duro mensaje del jefe de la OMS se da en momentos en que la Unión Europea y Gran Bretaña intensificaron su “guerra” de acusaciones por el bloqueo a la exportación de vacunas.
Reino Unido exigió ayer a la Unión Europea que permita la entrega de las vacunas que ha encargado, mientras aumentan las tensiones sobre una posible prohibición a las vacunas fabricadas en el bloque, pero Bruselas dijo que el culpable es AstraZeneca.
“Reino Unido no tiene la culpa. La UE no tiene la culpa”, declaró un alto cargo de la UE. “Se trata de que todo el mundo se ponga de acuerdo con una empresa que ha estado vendiendo en exceso su capacidad de producción. AstraZeneca tiene que entregar las dosis a sus clientes de la UE”.
Tras quedar muy rezagados en el despliegue de vacunas respecto a Estados Unidos y a un Reino Unido post-Brexit, los líderes de la UE tienen previsto debatir el jueves en una cumbre la posibilidad de imponer una prohibición sobre las exportaciones de vacunas a Reino Unido.
Se espera que el primer ministro británico, Boris Johnson, hable con los principales dirigentes de la UE, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron, en un intento por que el bloque se abstenga de aplicar esta prohibición.