WASHINGTON. El inspector general del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció la apertura de una investigación al Servicio Secreto por su manejo de la seguridad del expresidente y candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump.
En una breve entrada en su página web, la oficina del inspector general anunció la investigación para “evaluar el proceso del Servicio Secreto de Estados Unidos para asegurar el evento de campaña del expresidente Trump del 13 de julio de 2024”.
El inspector se encarga de supervisar de manera independiente al DHS, del que depende el Servicio Secreto.
Los republicanos, la mayoría en la Cámara Baja de EU, citaron a declarar ante un comité parlamentario a la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, en relación con el ataque.
El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara Baja, James Comer, explicó que Cheatle se había comprometido inicialmente a comparecer, pero aseguró que eso está ahora en cuestión tras una supuesta intervención de funcionarios de Seguridad Nacional.
Dijo además que el Servicio Secreto ha mostrado “falta de transparencia y falta de cooperación con el Comité”.
Esta comparecencia llega el mismo día que el presidente de la Cámara Baja, Mike Johnson, pidió la dimisión de Cheatle al calificar de inexcusable lo ocurrido el sábado en Butler.
El fiscal del condado, Richard Goldinger, aseguró que la Policía local avisó al Servicio Secreto que carecían de recursos para vigilar ese edificio, de acuerdo al The Washington Post.
Derecha contra mujeres
Después del intento de asesinato a Trump, algunos líderes y referentes de la derecha ultraconservadora de Estados Unidos arremetieron contra las mujeres del Servicio Secreto encargadas de proteger al expresidente.
El Servicio Secreto, que debe salvaguardar la vida de las más importantes figuras políticas del país, es blanco de críticas por cómo el tirador pudo estar tan cerca de Trump, pero también de comentarios sexistas contra su política de reclutamiento “DEI”, que promueve la diversidad, equidad e inclusión.
“No debería haber mujeres en el Servicio Secreto. Los agentes deben ser los mejores y ninguno de los mejores es mujer”, escribió en la red social X el activista de derecha Matt Walsh.
El congresista republicano Tim Burchett, en cambio, atacó a la directora del Servicio Secreto por aplicar la política DEI en la organización y por su pasado como jefa de seguridad en PepsiCo.
El Servicio Secreto, que nombró a las primeras agentes en 1971, prevé que un 30 por ciento de sus reclutas sean mujeres para 2030, según un reporte del canal CBS News de 2023.
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“Soy muy consciente (...) de que debemos atraer a candidatos diversos y asegurarnos de que desarrollemos y demos oportunidades a todos en nuestra plantilla, en particular a las mujeres”, dijo Cheatle a CBS en la época.
Como parte de su guerra cultural, la derecha ultraconservadora aprovechó la declaración para denunciar la “wokeificación” en el reclutamiento, palabra despectiva que usan para referirse a la promoción de temas como igualdad racial, derechos LGBTQ+, inclusión o diversidad, en momentos en que se promueve la contratación más allá de los hombres blancos.