Joaquín "El Chapo" Guzmán, que está siendo juzgado estos días en Nueva York por narcotráfico, se tomó muy en serio la realización de una película sobre su vida y le habló a un productor de un trepidante incidente que supuestamente le ocurrió mientras se escondía en las montañas.
El traficante colombiano Álex Cifuentes, testigo del Gobierno de Estados Unidos contra el capo del cártel de Sinaloa, reveló hoy que en 2012, durante una reunión para tratar la película, su exjefe dijo haber sido arrestado por militares, que le golpearon las manos con la culata de sus armas y lo amarraron por los pies a un helicóptero.
La aventura no terminó ahí: según habría contado el narcotraficante mexicano al productor contratado para el filme, el colombiano Javier Rey, los miembros del Ejército volaron con el aparato mientras él estaba atado boca abajo para que confesara dónde escondía droga.
La anécdota surgió cuando uno de los abogados del Chapo que interrogaba a Cifuentes -arrestado en México en 2013- se refirió a unas declaraciones sobre la película que este hizo al comenzar a cooperar con la Fiscalía, en septiembre del año pasado.
El narcotraficante presuntamente se reunió con el que sería el productor del filme en la residencia de Cifuentes en Culiacán, y fue allí donde aseguró que el Ejército lo había dejado en libertad por falta de pruebas y "porque nunca dijo dónde estaba la droga".
Cifuentes asintió afirmativamente cuando el letrado de Guzmán, Jeffrey Lichtman, expuso: "Él dijo (en la reunión) que le machacaron las manos, lo amarraron con una cuerda al helicóptero y lo llevaron boca abajo".
El testigo declaró este lunes que fue su exesposa Angie quien sugirió al Chapo relatar su vida en un libro y una película, ya que su nombre aparecía por todas partes en la prensa y debía ser él quien se lucrara por ello.
Al acusado, que se enfrenta a una pena de cadena perpetua por once cargos de narcotráfico, le encantó esa idea y entonces contrató al productor colombiano, según Cifuentes.
"De acuerdo con lo que usted (Cifuentes) dijo al Gobierno (cuando comenzó a cooperar), Guzmán indicó que el Ejército no podía arrestarlo porque no tenía pruebas", señaló el abogado.
La defensa de Guzmán, que trata de desacreditar a los testigos del Gobierno, le preguntó a Cifuentes si este había mostrado las manos: "¿Le vio las cicatrices?", cuestionó, a lo que Cifuentes respondió que no lo había hecho.
"No se las miré", contestó el que fuera exsecretario del capo y a quien consideraba "su mano derecha y su mano izquierda", ante lo que el letrado argumentó: "No tenía cicatrices".