PARÍS, Francia. Después de la Ópera de Sídney o los rascacielos de Hong Kong, el Kremlin moscovita y la Torre Eiffel de París se unieron a La Hora del Planeta, 60 minutos de oscuridad para recordar el desafío del cambio climático y la importancia de salvaguardar la naturaleza y el medio ambiente.
Esta Hora del Planeta, cuya primera edición comenzó en Australia en 2007, será seguida en total por millones de personas en 187 países, que irán apagando sus luces a las 20:30 locales.
Las torres Petronas de Kuala Lumpur, la torre Burj Khalifa de Dubái, la Acrópolis de Atenas, la Basílica de San Pedro en Roma, se unieron una vez más al acontecimiento.
Los organizadores presentan esta manifestación como "el mayor movimiento que viene de la base" a favor de la lucha contra el cambio climático en todo el mundo.
"Su objetivo es despertar conciencia en la protección del medioambiente y la fauna salvaje", explicó Dermot O'Gorman, un responsable para Australia de la organización de protección de la naturaleza WWF, que coordina el evento a través del mundo. El estadio olímpico de Pekín o las pirámides de Egipto se unieron también a la campaña.
La Hora del Planeta "llega en un momento en que la población y la Tierra se hallan bajo presión. El cambio climático va más rápido que nosotros.
Sus consecuencias son inquietantes", explicó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, mediante un video colgado en Twitter.
La movilización se focaliza este año en los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad y las especies animales o vegetales.
"Más de la mitad de las especies animales o vegetales están amenazadas de extinción en algunas regiones naturalmente más ricas en biodiversidad si seguimos así", advirtió O'Gorman.
Por más simbólica que sea, esta campaña anual permitió en el pasado algunos éxitos, como la prohibición del uso de plástico en las islas Galápagos o la plantación de 17 millones de árboles en Kazajistán.
Dianna Ali, que cenaba con su familia en Sídney cuando se apagaron las luces, explicó que esta iniciativa le permitía tomar conciencia concretamente del impacto de sus costumbres de vida.
"Desde que lanzaron la Hora del Planeta, soy más consciente de la energía que uso. Pienso que un solo individuo puede hacer la diferencia", dijo.
"Estamos perdiendo no solamente nuestro combate contra el cambio climático, sino también nuestro combate contra el declive de la biodiversidad", declaró el presidente francés, Emmanuel Macron.