WASHINGTON. Desde que el líder opositor Juan Guaidó se proclamara presidente interino de Venezuela, EE.UU. ha estado a la cabeza de los países que han apoyado las acciones del también jefe del Parlamento venezolano, a través de su respaldo político, la imposición de sanciones al Gobierno de Nicolás Maduro y el envío de ayuda humanitaria a la frontera.
Estas son algunas de las figuras en Washington a la sombra del presidente estadounidense, Donald Trump, que han influido o influyen en las políticas del país respecto a Venezuela.
- John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Trump.
Desde su llegada a la Casa Blanca en abril pasado, Bolton ha adoptado un papel más público y agresivo que su predecesor, el general H.R. McMaster, y ha espoleado una guerra ideológica contra el socialismo en Latinoamérica.
Como subsecretario de Estado para el control de armas y después embajador ante la ONU durante el Gobierno de George W. Bush (2001-2009), Bolton abrazó la teoría del "eje del mal" sobre Corea del Norte, Irán e Irak; y ahora ha ideado un nuevo enemigo: una "troika de la tiranía" compuesta por Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Es un ardiente defensor del derecho de EE.UU. a actuar unilateralmente, que en muchos casos ha respaldado el recurso a los ataques militares como estrategia preventiva, y por eso la nota de "5.000 tropas a Colombia" en su cuaderno generó especial revuelo.
Su campaña contra Maduro se ha trasladado últimamente a Twitter, desde donde le ha recomendado exiliarse a una playa fuera de Venezuela y ha ofrecido una exención de sanciones a los militares que rompan con el presidente venezolano.
- Mauricio Claver-Carone, director para Latinoamérica en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Claver-Carone, un funcionario de origen cubano nacido en Miami, llegó en septiembre pasado al Consejo de Seguridad Nacional que dirige Bolton, tras pasar por el Departamento del Tesoro y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Conocido en Washington por su antiguo blog "Capitol Hill Cubans", desde el que criticaba ferozmente la política de apertura a Cuba, Claver-Carone conectó rápidamente con la línea dura que promovía Bolton hacia Venezuela y con su argumento de que el Gobierno cubano ayuda a mantener en el poder a Maduro.
"Esa democracia (en Venezuela) ha sido usurpada por un grupo francamente criminal, que no tiene ni ideología ni religión ni nada", dijo Claver-Carone en una entrevista con Efe en enero.
En 2003, fundó un grupo de acción política para promover un cambio de Gobierno en Cuba, US-Cuba Democracy PAC, que ha donado fondos a las campañas de los legisladores republicanos Marco Rubio y Mario Díaz-Balart.
- Elliott Abrams, enviado especial de EE.UU. para Venezuela.
Abrams, nombrado a finales de enero enviado especial de EE.UU. para Venezuela, es un exdiplomático conservador al que los chavistas acusan de haber apoyado el intento de golpe de Estado de 2002 contra el líder Hugo Chávez, ya fallecido.
De 71 años, Abrams, que ejerció varios cargos en el Departamento de Estado durante la Presidencia de Ronald Reagan (1981-1989), ha llegado a la Administración de Trump marcado por su controvertida trayectoria.
En 1991, este abogado de profesión se declaró culpable de haber ocultado información al Congreso sobre el caso Irán-Contra.
El detonante de ese caso fue la financiación de Washington a los rebeldes antisandinistas de Nicaragua ("contras") a través de la venta de armas -operación que burló una prohibición del Congreso- para derrocar al Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y, a la vez, lograr la liberación de rehenes estadounidenses en poder de extremistas islámicos vinculados a Teherán.
Durante el Gobierno de George W. Bush (2001-2009), fue asistente Especial del presidente y director principal para la Democracia, los Derechos Humanos y Organizaciones Internacionales del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y más tarde ocupó otros cargos en la Administración.
- Marshall Billingslea, secretario asistente sobre Financiación del Terrorismo del Tesoro de EE.UU.
Billingslea forma parte del equipo del Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, encargado en diseñar la estrategia de presión económica sobre Venezuela, más allá del petróleo.
El funcionario, con experiencia previa en los Departamentos de Defensa y Estado, fue el encargado de advertir a finales de 2018 que Venezuela recurre de manera creciente al comercio de oro "sin control medioambiental ni de contabilidad" para financiar las supuestas redes de corrupción que sostienen a Maduro.
"Tras saquear totalmente Petróleos de Venezuela (Pdvsa), donde no queda nada más por robar, hemos visto un cambio en la atención del régimen de Maduro hacia el oro, es el nuevo recurso que están buscando", afirmó en una conferencia en octubre pasado.
Billingslea apuntó directamente a Turquía como principal comprador del oro venezolano. Pocos después, en noviembre, Washington anunciaba sanciones contra las exportaciones ilegales venezolanas de este metal precioso.
- Marco Rubio, senador republicano por Florida
Marco Rubio, de origen cubano, ha sido la voz del Congreso estadounidense más contundente y crítica con Maduro. El día antes de que Guaidó se proclamara presidente interino de Venezuela el pasado 23 de enero, Rubio y otros legisladores se reunieron en la Casa Blanca con Trump, y le pidieron que le reconociera como mandatario legítimo.
"Escucho mucho al senador Rubio sobre Venezuela, está cerca de su corazón", dijo Trump en declaraciones a medios regionales. Sin embargo, fuentes cercanas a Rubio aseguraron a Efe que Trump "nunca ha tenido que ser convencido del tema de Venezuela".
Aparte de pedir el reconocimiento de Guaidó, Rubio ha aplaudido las sanciones al Gobierno de Maduro y ha promovido una ley bipartidista para otorgar un amparo migratorio temporal a los venezolanos que han sido desplazados y que temen regresar a su país.
- Mario Díaz-Balart, legislador republicano de la Cámara Baja por el Distrito 25 de Florida
Mario Díaz-Balart, de origen cubano, forma parte del grupo de legisladores que Trump ha escuchado en temas relacionados con Venezuela. Díaz-Balart representa en el Congreso a Doral, la ciudad estadounidense con el mayor porcentaje de venezolanos de todo el país y conocida como un bastión de la oposición al bolivarianismo.
Lejos del Gobierno de Maduro, los exiliados han mostrado su respaldo a Guaidó.
Desde su posición, Díaz-Balart ha pedido a Trump que designe al Ejecutivo de Maduro como "Estado patrocinador del terrorismo". También ha introducido una ley en la Cámara Baja para otorgar un amparo migratorio temporal, conocido como Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés), a los miles de venezolanos que huyeron de su país y que residen ahora en EE.UU.
- Carlos Trujillo, embajador de EE.UU. ante la Organización de Estados Americanos (OEA)
Carlos Trujillo, de origen cubano, ha sido uno de los artífices de la estrategia de Washington para aglutinar apoyos para Guaidó en Latinoamérica.
Logró que la OEA se reuniera el mismo 10 de enero, cuando Maduro tomó posesión de su cargo, para aprobar una resolución en la que desconocía su "legitimidad" como mandatario. Con Trujillo como embajador ante este organismo, EE.UU. ha visto en la OEA un foro muy útil para desplegar su estrategia contra Maduro.
Una fuente diplomática ha descrito a Trujillo, en declaraciones a Efe, como el "brazo ejecutor" de Marco Rubio, al que conoció en Florida cuando era legislador en la Cámara estatal de Representantes (2010-2018).
Otra fuente lo considera un "estratega con mucha capacidad" que ha puesto orden en el "caos latinoamericano" del organismo.