Tropas israelíes mataron a decenas de palestinos que participaban en una manifestación masiva en la frontera de Gaza este lunes, mientras Estados Unidos inauguraba su embajada en Jerusalén.
El número de muertos por disparos del Ejército israelí asciende a 52, según datos del Ministerio de Salud palestino, que cifra en 2,410 los heridos, entre ellos 200 menores.
Al menos una treintena de los heridos se encuentran en estado de extrema gravedad, 71 tienen consideración grave, unos 800 de gravedad media y cerca de un millar sufrieron heridas leves.
Más de 918 de los heridos lo fueron por munición real, cinco por balas recauchutada, 98 por restos de metralla, 196 por golpes y contusiones y más de 700 fueron atendidos por asfixia por gases lacrimógenos.
El Ministerio también denunció que hubo disparos contra periodistas y personal médico, por los que un paramédico murió y dos fueron heridos.
Esta es la cifra más alta en un solo día desde que el 30 de marzo comenzó una serie de protestas para exigir el derecho de los palestinos a retornar a sus hogares ancestrales en lo que ahora es Israel.
Se espera que las protestas, convocadas por todas las facciones en el marco de la Marcha del Retorno, continúen este martes, día en que los palestinos conmemoran la Nakba (Catástrofe) que para ellos supuso el nacimiento de Israel hace hoy 70 años.
Decenas de miles de palestinos llegaron a la frontera terrestre del enclave costero y algunos se acercaron a la valla israelí, una línea que líderes israelíes dijeron que no permitirían que fuera cruzada por los palestinos. En el aire se levantaban columnas de humo negro de neumáticos en llamas encendidos por manifestantes.
Los manifestantes, algunos armados con hondas, arrojaron piedras contra fuerzas de seguridad israelíes, quienes respondieron con cartuchos de gas lacrimógeno y munición.
Según el Ejército israelí, más de 40.000 personas participaron hoy en las protestas cerca de la divisoria y cientos de ellos trataron de asaltar la verja.