PARÍS, Francia. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, acordaron reforzar el control en las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE) para contener la crisis migratoria y, al mismo tiempo, dieron un paso decisivo al proponer la creación de un presupuesto común para la zona euro, que entraría en vigor en 2021.
Durante la reunión conjunta que mantuvieron los gabinetes de ambos países en el castillo de Meseberg, a 60 kilómetros al norte de Berlín, Merkel y Macron coincidieron en aumentar la fuerza europea Frontex en 10 mil efectivos y trabajar en forma más estrecha con los países de origen. A partir de ahora, por lo demás, los refugiados podrán presentar una solicitud de asilo en un solo país de entrada.
Esas medidas serán examinadas en la cumbre europea de Bruselas de la semana próxima, en la cual se analizará también el proyecto de abrir oficinas de control de inmigrantes en territorio africano o en Albania para tramitar las solicitudes de asilo y eventualmente poder expulsar desde allí a los migrantes que no califican para ser considerados refugiados políticos.
La cumbre del 28 y 29 de junio “tiene lugar (...) en un momento clave para cada uno de nuestros Estados y para nuestro continente”, explicó Macron. “Se puede decir incluso que es una elección de civilización", aseguró el presidente francés.
Los defensores instalar oficinas de control de refugiados fuera de la UE, como Italia, argumentan que desplazar las verificaciones fuera del territorio reducirá la cantidad de barcos con inmigrantes que se aventuren a cruzar el Mediterráneo y terminará con el negocio de los traficantes.
Esas iniciativas permitieron reducir en parte el acecho que soporta Merkel debido a la presión de su ministro del Interior, Horst Seehofer, que impartió un ultimátum de dos semanas de plazo a la canciller para que solucione el problema migratorio. De lo contrario amenazó con cerrar unilateralmente las fronteras a los migrantes y rechazar el ingreso de todo extranjero que llegue al país en busca de refugio.
En una perspectiva más amplia, los dos dirigentes “hallaron una buena solución” -según la definición de Merkel- para reformar la eurozona. Las iniciativas al respecto, que serán elevadas a consideración de los otros miembros de la zona euro, prevén adoptar un presupuesto común para el bloque y transformar el fondo de rescate en una versión europea del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El presupuesto para la eurozona será “paralelo” al marco plurianual de la UE y tendrá como objetivo la “convergencia” entre países. El fondo de rescate, conocido como Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), permitirá dotar a la eurozona de un “instrumento extra” para mejorar su “estabilidad” y afrontar “problemas de liquidez”.
Merkel explicó el objetivo indicando que el presupuesto para la eurozona ayudará a las inversiones de la UE” y permitirá armonizar las políticas económicas, algo “importante” para la Unión Monetaria y Económica. Este presupuesto formará parte de una ofensiva millonaria para emprender inversiones en Europa, promovidas por los gobiernos de los dos países. “Sabemos que tenemos aún mucho por hacer en este ámbito”, afirmó la canciller.
Aceptar el presupuesto de la eurozona, que era una reivindicación francesa, constituyó una concesión importante por parte de Berlín. Esa idea tropezaba, hasta ahora, con la resistencia de los sectores políticos más conservadores de Alemania, que cuestionan la “poca seriedad” de algunos países de la UE.
Merkel aceptó realizar ese gesto para acercar económicamente a los distintos países que comparten la moneda común, pues -a su juicio- “la convergencia en la eurozona aún no es suficiente”.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, consensuaron hoy una reforma de la eurozona y insistieron en el objetivo de armonizar una política migratoria, los dos puntales para reforzar a una Europa que, en opinión del segundo, está "ante la hora de la verdad".