HOUSTON.- Autoridades estadunidenses renunciaron a imponer la pena de muerte a un mexicano extraditado la víspera a Estados Unidos y que está acusado de matar a dos adolescentes en la comunidad de Baytown, al este de Texas.
Brandon Alejandro Flores, de 23 años, fue detenido este miércoles en el Aeropuerto Intercontinental Bush en Houston, Texas, luego de que agentes del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos lo escoltaran en un vuelo procedente de México, informó la Oficina del Sheriff del Condado de Chambers.
Brian Hawthorne, sheriff del Condado de Chambers, informó que Flores fue extraditado por México luego de que las autoridades tuvieron que aceptar renunciar a la pena de muerte a cambio de su traslado a Estados Unidos.
Flores está acusado de dos cargos de homicidio capital por la muerte en 2015 de Alejandro Chávez, de 18 años, y Jarvis Morgan, de 17.
Chávez y Morgan fueron reportados como desaparecidos en febrero de 2015 y sus cuerpos fueron encontrados un mes después por policías en una bahía en el sur del Condado de Chambers.
Según las autoridades, a los adolescentes les dispararon en la cabeza y sus cuerpos fueron arrojados desde un puente.
En cuestión de días, la policía de Baytown y la Oficina del Sheriff del Condado de Chambers identificaron a cuatro sospechosos en el asesinato doble.
José Juan Chávez, de 20 años, y Valentín José Lazo, de 31, fueron arrestados en Baytown ese mismo mes. Ninguno de los dos disparó los tiros fatales, pero fueron "instrumentales" en el crimen y supuestamente ayudaron a deshacerse de los cuerpos, de acuerdo con las autoridades.
Ambos están actualmente en la cárcel, acusados, pero aún a la espera de juicio por cargos de homicidio capital.
Richard González, entonces de 21 años, también fue acusado de asesinato capital, pero un gran jurado lo absolvió en mayo de 2015.
Mientras tanto, Flores, acusado de apretar el gatillo, huyó a México. Inicialmente, las autoridades lo arrestaron por un delito menor en diciembre de 2015. Pero la policía lo dejó ir antes de descubrir que era buscado en Texas.
Luego, en la primavera de 2016, la policía federal mexicana arrestó a Flores en la comunidad fronteriza de Reynosa, en el estado mexicano de Tamaulipas, a petición de las autoridades estadunidenses.
"Es ciudadano mexicano, lo que hizo difícil para nosotros recuperarlo", dijo el sheriff Hawthorne. "Él estuvo aquí ilegalmente". El proceso también se complicó por el hecho de que México no tiene la pena de muerte y no extradita a sospechosos que podrían enfrentar ese castigo.
"El procurador del condado tenía que estar dispuesto a quitar la pena de muerte de la mesa para traerlo de vuelta", dijo Hawthorne.