GINEBRA, suiza. La crisis en República Democrática del Congo, la guerra en Sudán del Sur y la huida de miles de refugiados rohinyás de Birmania a Bangladés propulsaron los desplazamientos forzados a niveles récord en 2017, según el informe anual de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Según los datos recavados por ACNUR, el aumento del año pasado (+3.1 millones de personas) supera de largo el incremento de 2016 (+300 mil) y se explica por el crecimiento del número de refugiados.
En tanto, el número de desplazados internos se redujo muy ligeramente, con Colombia situándose como el segundo país con mayor número de personas en esta situación. Así, una persona de cada 110 en el mundo está desplazada.
"Nos hallamos en un punto de inflexión, y para que la gestión del desplazamiento forzado en el mundo tenga éxito es necesario un enfoque que no deje únicamente en manos de los países y las comunidades esas iniciativas", declaró el Alto
Comisionado de Naciones Unidos para los Refugiados, Filippo Grandi. Según ACNUR, los refugiados que huyeron de sus países para escapar de los conflictos y de la persecución representan 25.4 millones de los 68.5 millones de personas desarraigadas, es decir, "la más numerosa de la que se tiene constancia y 2.9 millones de refugiados más que en 2016".
En este contexto, Venezuela se convirtió en la cuarta nacionalidad que más solicitudes de asilo presentó en 2017, con 111 mil 600, un fuerte aumento frente a las 34 mil 200 de 2016, según el informe. El país que recibió más solicitudes de asilo de venezolanos fue Perú (33 mil 100), seguido por Estados Unidos, Brasil y España.
Colombia volvió a ser el país con más desplazados internos del mundo en 2017, con 7.7 millones de personas.