PARIS, Francia – Un movimiento que se identifica con “pañuelos rojos” en el cuello, opuesto a la movilización de los “chalecos amarillos”, acaba de lanzar una convocatoria para realizar una “marcha de las libertades republicanas” el 27 de enero próximo en París.
Detrás de esa iniciativa se encuentran el colectivo "Stop, maintenant, ça suffit !" (¡Alto! ¡Ahora basta!) y el grupo “Foulards rouges” (Pañuelos rojos), que comenzaron a movilizar a través de Facebook. Ambos grupos llegaron a un acuerdo para unir sus esfuerzos en el marco de un nuevo colectivo, pero a condición de proclamarse “apolíticos” y no de actuar como una fuerza de apoyo al presidente Emmanuel Macron.
Hasta ahora, el movimiento recogió el apoyo de 14.000 personas, de los cuales 4.600 anunciaron que participarán en esa manifestación que partirá de la Plaza de la República.
Esa iniciativa recuerda, en buena medida, la marcha organizada el 30 de mayo de 1968 por el núcleo duro de partidarios del general Charles de Gaulle, respondiendo a un llamamiento radial lanzado por el presidente desde el Palacio del Elíseo. La manifestación, que recorrió los Campos Elíseos desde la Plaza de la Concordia al Arco de Triunfo, fue concebida como una “demostración de fuerza republicana” para mitigar el impacto que habían tenido en la opinión pública la rebelión juvenil de ese mes de mayo, los disturbios en el Barrio Latino y las manifestaciones de obreros y estudiantes.
Tiempo después se supo que, en verdad, esa movilización “espontánea” —que congregó un millón de personas— había sido preparada en secreto por Jacques Foccart, uno de los personajes más misteriosos de la Quinta República, en consulta permanente con De Gaulle.
Esta movilización, aseguran sus organizadores, "no es una oposición a los ‘chalecos amarillos’, sino una marcha para reclamar el fin de los bloqueos (de carreteras, peajes y otros puntos de bloqueo). También reclaman “el fin de las violencias, el retorno a la calma y la apertura del diálogo”, explicó Benoît Peintre, promotor de la iniciativa.
Una de las principales reivindicaciones es su oposición al Referéndum de Iniciativa Ciudadana (RIC) que reclaman los “chalecos amarillos” porque “constituye una agresión” a las instituciones. También apela a cesar la difusión de "fake-news" (noticias falsas) y las "maniobras políticas para recuperar la cólera popular".