Papa Francisco visitó una de las escuelas residenciales en Maskwacis, en la provincia de Alberta, donde se reunió con poblaciones indígenas (los métis y los inuit) para pedir perdón por los abusos de la iglesia contra ellos.
"Estoy dolido. Pido perdón por la forma en la que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada", dijo ante una multitud de indígenas de Primeras Naciones.
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Según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, en Canadá se fundaron 139 escuelas financiadas por el gobierno y administradas la mayor parte por la Iglesia Católica en la que se internaron a alrededor de 150 mil niños indígenas que fueron separados de sus familias, obligados a abandonar sus idiomas, tradiciones y cultura.
"El lugar en que nos encontramos hace resonar un grito de dolor", afirmó el pontífice argentino de 85 años.
Previamente, el papa llegó hoy a Edmontón, donde fue recibido con los tambores y cantos tradicionales por los representantes de los pueblos indígenas.
Tras un vuelo de más de diez horas y debido a la diferencia horaria, los organizadores del viaje prefirieron que el papa descansara el resto de la jornada en el seminario de esta ciudad de la provincia canadiense de Alberta para afrontar mejor el resto de la agenda que comenzará mañana, lunes.
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Debido a sus problemas de rodilla, el papa bajó el avión en un ascensor y no por las escalerillas y en silla de ruedas se dirigió a uno de los hangares del aeropuerto donde le esperaban la gobernadora general de Canadá, Mary Simón, la primera indígena en ocupar este cargo y el primer ministro, Justin Trudeau.