WASHINGTON. La campaña presidencial en Estados Unidos entró en su punto álgido, con los dos candidatos envueltos en polémicas.
En el caso de Joe Biden, la elección de Cecilia Muñoz, una exfuncionaria del gobierno de Barack Obama, como parte de su equipo de transición generó una ola de críticas de organizaciones latinas en Estados Unidos que aseguran revive el resentimiento que generó la política migratoria del expresidente demócrata.
“Cecilia Muñoz es muy conocida entre la comunidad de defensa de los derechos de los inmigrantes como una de las principales arquitectas de varias políticas de Obama que implicaron deportaciones masivas y encarcelación de larga duración de demandantes de asilo”, dijo Shouan Zhoobin Riahi, un abogado que fundó un servicio de asistencia migratoria gratuita llamado Yara Legal Services.
Durante el gobierno de Obama (20092017), Muñoz fue la directora de Política Doméstica en la Casa Blanca y ONG critican que durante su periodo hubo una gran cantidad de deportaciones.
“Un error tremendo. Un gran error”, dijo en Twitter Erika Andiola, jefa de políticas de la organización Raíces, que ofrece servicios legales a los migrantes.
Obama se labró el apodo de “deportador en jefe”: cerca de 5.2 millones de personas fueron expulsadas del país, según el Institute of Migration Policy.
Por su parte, con una avalancha de mensajes y declaraciones a Fox News, Donald Trump intentó aplacar la polémica por las entrevistas que concedió al periodista Bob Woodward, autor de un explosivo libro sobre el mandatario.
“¿Por qué mintió a los estadounidenses?”. La primera pregunta dirigida al presidente acerca de las razones por las cuales minimizó, según él mismo admitió, la amenaza de la pandemia de Covid-19 marcó el tono de la rueda de prensa celebrada ayer.
Mientras Biden aprovechó para atacarlo por su gestión de la crisis, Trump respondía furiosos: “No hay mentiras (...) No voy a pasarme gritando: '¡un muerto! ¡Muertos'!”.
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