WASHINGTON. Colonial Pipeline, operador de un inmenso oleoducto víctima de un ciberataque el fin de semana pasado en Estados Unidos, retomó la entrega de gasolina en la mayoría de sus terminales, y la situación en las estaciones de servicio mejora, aunque lentamente tras una ola de pánico entre conductores por una eventual falta de carburante.
El presidente Joe Biden urgió a los estadounidenses a permanecer en calma mientras se restablece el suministro en los próximos días. Aunque "no veremos los efectos en las gasolineras inmediatamente", habrá un "retorno a la normalidad que comienza esta semana y continuará la próxima", declaró Biden.
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"Sé que ver filas en las gasolineras sin gasolina puede ser extremadamente estresante, pero esto es una situación temporal. No lleven mas gasolina de la que necesitan. No entren en pánico", añadió.
Conductores desesperados desde Florida hasta Maryland hicieron fila en las gasolineras para llenar sus tanques y otros recipientes, y la demanda disparó los precios del combustible.
Previamente, el medio estadounidense Bloomberg News reveló que Colonial Pipeline pagó el viernes casi 5 millones de dólares a hackers del este de Europa tras el devastador ciberataque que obligó a cerrar la mayor red de oleoductos de Estados Unidos, citando a dos personas conocedoras del proceso. La compañía pagó el rescate en criptomonedas no trazables horas después del ataque.
Los hackers entregaron a Colonial Pipeline una herramienta de descodificación para restaurar sus redes de computación afectadas tras recibir el pago, pero la compañía utilizó sus propios respaldos para ayudar a recuperar sus sistemas, ya que la herramienta era lenta, reportó Bloomberg News.
El precio de la gasolina en estaciones de servicio subió por encima de los tres dólares el litro por primera vez desde 2014, según la asociación automotriz AAA.