El Senado de Estados Unidos rechazó hoy una propuesta bipartidista sobre inmigración y otra que incluía el plan del presidente, Donald Trump, una derrota para los negociadores que siembra dudas sobre la capacidad del Legislativo para solucionar la situación de los jóvenes indocumentados conocidos como "soñadores".
El rechazo del Senado a todas las iniciativas migratorias supone un fuerte golpe para todas las partes y devuelve al comienzo las negociaciones, que han durado meses.
El propio Trump vio como la propuesta legislativa que él respaldaba, redactada por el republicano Chuck Grassley, fracasaba al no superar la barrera de 60 votos en el Senado, donde los republicanos tienen la mayoría.
Nada más producirse el voto, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, consideró que el rechazo a la propuesta respaldada de Trump muestra que "su plan nunca se convertirá en ley" y aseguró que si el mandatario "deja de torpedear los esfuerzos bipartidistas, un buen proyecto de ley podría ser aprobado".
Schumer se refería así al fracaso que los moderados de su partido han tenido que encajar hoy con el rechazo del Senado a una propuesta bipartidista que proponía regularizar 1.8 millones de jóvenes indocumentados, conocidos como "soñadores" a cambio de 25.000 millones de dólares para el muro fronterizo con México.
El rechazo a esa iniciativa, con 45 votos en contra y 54 a favor, llegó poco después de que Trump amenazara con bloquear su entrada en vigor si lograba el apoyo del Congreso.
En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, aseguró que si el presidente recibía una ley que incluyera las propuestas de los legisladores demócratas y republicanos, sus asesores "le recomendarán que lo vete".
Para convertirse en ley, una propuesta legislativa necesita la aprobación del Senado, de la Cámara de Representantes y la firma del presidente.
Lo que estaban tratado de conseguir el grupo bipartidista de senadores, bautizado como "la coalición del sentido común", era lograr un consenso sobre algunos puntos básicos para luego debatir en profundidad sobre una reforma migratoria.
La propuesta bipartidista, que han impulsado la republicana Susan Collins y el demócrata Joe Manchin, incluía un camino para otorgar la ciudadanía a los jóvenes indocumentados que llegaron a EU de niños, conocidos como "soñadores", y también fondos para el muro fronterizo con México.
Por tanto, cumplía con dos de los "cuatro pilares" que Trump exige para que cualquier proyecto reciba el apoyo de la Casa Blanca.
Los otros dos -no incluidos en el pacto- son cancelar la "lotería de visados para la diversidad", que asigna 50 mil permisos de trabajo y residencia al año a ciudadanos de países con bajas tasas de migración a EU; y terminar con el actual sistema de reagrupación familiar, conocido por sus detractores como "migración en cadena".
En Twitter, Trump aseguró que la propuesta será "una catástrofe" y consideró que su respaldo en el Senado supondría "un voto en contra las fuerzas del orden y a favor de las fronteras abiertas".
La Casa Blanca hizo todo lo posible para bloquear la iniciativa bipartidista e, incluso, estuvo en contacto con republicanos del Senado y el liderazgo de la Cámara de Representantes para presionarles y pedirles que unieran fuerzas contra la propuesta.
En una rueda de prensa, los senadores respondieron a las amenazas de la Casa Blanca y avisaron de que su iniciativa era la única que podía lograr suficiente apoyo de los dos partidos para superar la barrera de los 60 votos en el Senado, donde los republicanos tienen 51 escaños y los demócratas, 49.
En esa rueda de prensa, el republicano, Lindsey Graham, pidió al presidente que deje de pelearse con el Congreso y se siente a negociar con los legisladores, dejando a un lado a las voces más extremistas, como Stephen Miller, la mano derecha de Trump en inmigración.
Hay gente muy loca por aquí. Simplemente déjelos fuera. Esta es la mejor oportunidad que nunca va a tener EU está con nosotros, señor presidente, usted debe venir con nosotros y mejoraremos esta ley Republicano, Lindsey Graham
El tiempo se acaba para los legisladores, puesto que el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, ha dicho que el debate migratorio debe concluir esta semana.
Trump ordenó el pasado mes de septiembre cancelar el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), pero dio al Congreso hasta el próximo 5 de marzo para encontrar una solución permanente para los 690.000 jóvenes que actualmente pueden vivir y trabajar en EU gracias a ese plan.
Las peticiones de Trump para reducir los niveles de inmigración legal a EU han complicado el debate, puestos que los demócratas consideraran que eso es inaceptable.
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