Crispantes y horrorosas confesiones realizó Juan Carlos “N”, a las autoridades ministeriales de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, sobre la forma bestial en que asesinó a sus víctimas, a quienes con un cuchillo filetero, las descuartizó, deshuesó, para luego cortar en pedacitos, sacarlos en una carreola, en cubetas de 20 litros e irlos a tirar en varios lugares. “Los pedazos pequeños de carne como los que se compran en una carnicería para guisar, los iba tirando en coladeras, en basureros, a la orilla de las avenidas y en predios abandonados”.
“También pedazos de carne de piernas -de las mujeres que asesinó-, los guardaba en su refrigerador para que no se echaran a perder, mientras se deshacía de otras partes del cuerpo humano. Los huesos que descarnaba, se los vendía a un sujeto que se le conoce como “El Bons.
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“Una vez que asesinaba a las mujeres, las cargaba junto con su esposa, Patricia “N”, al cuarto de baño y ahí, poco a poco las iba descuartizando con un chillo filetero”. Así narró parte de esta historia escalofriante, el autor material de múltiples asesinatos de mujeres en Ecatepec, Juan Carlos “N”.
No me arrepiento y es más sentía un enorme placer y satisfacción cuando mataba y descuartizaba a las mujeres que cayeron en mis manos porque a todas las odiaba y de esto mi madre era la única culpableDescuartizador
Así, de manera cínica y con tranquilidad, confesó el descuartizador de Ecatepec, Juan Carlos “N”, a elementos de la Policía Ministerial, antes de que fuera consignado al penal de Chiconautla.
El desequilibrado sujeto que según reportes de personal especializado de la FGJEM es un sanguinario delincuente que no está loco y que actúa con conciencia y con toda la sangre fría llevado por una serie de problemas psicológicos que vivió y que sufrió cuando era niño, según sus comentarios por culpa de su madre.
Policías ministeriales informaron que al momento en que comenzaron a interrogar a este sujeto fue muy grande su sorpresa, pues hablaba con toda normalidad, sin tapujos, como si sintiera muy orgulloso de lo que había hecho o como si esto representará un logro para él.
“Sólo era por momentos que surgía en mi el deseo de matar mujeres y cuando esto sucedía me daba a la tarea, junto con mi esposa de buscar a mi próxima víctima que tenía que ser una madre soltera, dejada o divorciada como sucedió con la mía”, dijo el monstruo de Ecatepec a la policía.
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Cuando contactábamos a nuestras próximas víctimas, dijo el desequilibrado sujeto, ya fuera por el Facebook o por el trato personal que se daba por la venta de ropa en pacas o por otros artículos, mi esposa hacia amistad con ellas y les daba mucha confianza Hasta que las convencía de que los visitara en su casa.
Fue de esta manera como, según su confesión, desde el año 2012 contacto a por lo menos 20 mujeres, a quienes asesino, descuartizo y corto en cachitos con filosos cuchillos de los llamados fileteros.
Por la confianza que les daba a sus víctimas y la sorpresa con que siempre actuó, dijo a los ministeriales el monstruo de Ecatepec, las mujeres a las que asesinó nunca tuvieron tiempo de gritar o de pedir ayuda, pues antes de que sucedería esto les cortaba la cabeza.
Después de esto, a decir de los ministeriales, el monstruo de Ecatepec de manera sanguinaria y como si estuviera contando cualquier cosa, con lujo de detalles les manifestó que, en complicidad con su esposa, las descuartizaba.
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Luego de ello, dijo, las cortaba en cachitos y para nadie las encontrará salía a la calle y en la misma carriolas metía los restos humanos, para tirarlos en coladeras, ríos y en algunos casos los quemaba para no ser descubierto.