Ocho seminaristas de Tlaxcala que se dirigían al tianguis de Huixcolotla, Puebla, fueron interceptados por un comando que tras amagarlos con armas de fuego y despojarlos de una camioneta de tres toneladas y un vehículo particular tipo Corsa, los abandonaron en terrenos baldíos.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 7:30 horas de la mañana de ayer sobre la autopista Puebla-Córdoba, a unos minutos de llegar a la Central de Abastos de Huixcolotla a la que seminaristas acuden cada dos semanas para recibir fruta y legumbres en donación por parte de comerciantes de la zona.
Mediante un comunicado, la Diócesis de Tlaxcala lamentó lo ocurrido y destacó que los ocho seminaristas (siete que estudian y uno que está en año de servicio) fueron abandonados en terrenos cercanos a Acatzingo, Puebla, sin que recibieran algún daño físico y ya regresaron al Seminario sanos y salvos.
Asimismo, agradecen el apoyo de autoridades de Puebla y Tlaxcala para proceder con la denuncia penal por lo ocurrido y esperan que pronto sean recuperadas ambas unidades que son de mucha utilidad para sus actividades
TODOS ESTAMOS EXPUESTOS: RECTOR
En entrevista telefónica, el Rector del Seminario Diocesano de Tlaxcala, Ranulfo Rojas Bretón, manifestó que de acuerdo con la versión de los ocho seminaristas de entre 20 a 30 años de edad, fueron interceptados por varios sujetos que viajaban a bordo de dos camionetas y de inmediato los sometieron, pero al identificarse como religiosos y portar sus sotanas, les dijeron que no intentaran nada y solo obedecieran sus órdenes.
A los pocos minutos fueron abandonados en terrenos baldíos y al llevar uno de los seminaristas su teléfono celular, de inmediato reportó lo sucedido al Seminario y fue así que se inició la intensa búsqueda que concluyó un par de horas después con su ubicación.
Ranulfo Rojas indicó que desde hace varios años acuden los seminaristas al tianguis de Huixcolotla cada 15 días para recibir donaciones al tener cercanía con comerciantes de la zona y adelantó que por lo ocurrido no dejarán de asistir.
Lo ocurrido da como lectura que lo que vivieron los seminaristas lo vive la gente de nuestros país todos los días, todos estamos expuestos y sería un mal hecho ceder nuestros espacios a la delincuencia… pese al temor nos estamos sobreponiendo y seguiremos con nuestras actividades cotidianas, expresó.
Al vivirse apenas el pasado 23 de septiembre la fiesta litúrgica de los Niños Mártires, el religioso manifestó que los ocho seminaristas agradecen el favor recibido de no salir lastimados y lo sucedido los hace más sensibles con la gente y a orar por quienes delinquen para que entiendan el daño que provocan y reencuentren su camino.
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