El sacerdote de la iglesia de Belén Atzitzimititlán, municipio de Apetatitlán, fue víctima de los “amantes de lo ajeno” al hurtarle algunas pertenencias y sustraer la batería de su automóvil.
Los hechos fueron notificados a la Policía Municipal por el propio sacerdote Jacobo G. y feligreses al concluir la misa dominical y disponerse a retirarse del lugar a bordo de la unidad Volkswagen, tipo "Vocho", estacionada en la Privada Hidalgo, en la zona de la "Portería" del templo.
Ahí, se percató de que el asiento trasero no estaba en su sitio, además de que las pertenencias de dos seminaristas que habían acudido a acompañarlo para la misa ya no estaban; asimismo, al hacer una inspección más detallada notó la ausencia de la batería de su vehículo color rojo con franja negra.
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