Rigoberto M., quien el pasado fin de semana fue hospitalizado de urgencia tras ser víctima de una severa golpiza por parte de internos en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Tlaxcala, despertó del coma que le provocaron las lesiones.
No obstante, su estado de salud es reportado como grave en el Hospital General de la Secretaría de Salud, en la capital del estado, pues una vez que logró reaccionar, personal médico y custodios del Cereso, que dirige Carlos Quijano Crisóstomo, lo trasladaron de nueva cuenta al penal.
No obstante, horas después lo volvieron a regresar al Hospital General de Tlaxcala al desmayarse en la celda en la que se encontraba, producto de los severos golpes que recibió en la cabeza y cuerpo.
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Ante ello, la madre del interno de nombre Marina N., su esposa y demás familiares demandaron la intervención de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y una audiencia con la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, pues revelaron que aunque ya tenían programado un encuentro la tarde del pasado lunes para presentar su caso, de último momento les fue cancelada.
“El personal médico que vino del Cereso se portó muy prepotente y así como despertó mi hijo se lo llevaron sin que nosotros lo aprobáramos, pero al ponerse grave y sufrir un desmayo, lo regresaron al hospital en una ambulancia y ya sin custodia lo metieron para que lo atendieran, de lo contrario se les iba a morir”, expresó la señora Marina N. en entrevista con El Sol de Tlaxcala.
Familiares de Rigoberto N. comentaron que al dialogar con él por unos minutos les manifestó que teme por su vida ya que las personas que lo golpearon lo amenazaron de no revelar las identidades de quienes lo agredieron, entre ellos dos sujetos identificados como Cristopher N., alias “El Mariguas” y otro conocido como “Espinoza”, además de que no puede caminar al perder movilidad en una pierna.
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Por este caso la Procuraduría General de Justicia del Estado ya abrió una investigación, pero hasta el momento no hay sancionados por la golpiza ni por ocultar lo ocurrido, pues directivos del Cereso reportaron a sus superiores que Rigoberto N. se había caído y no que fue agredido.
“Pedimos justicia y a la gobernadora (Lorena Cuéllar) le pedimos ponga atención en este caso porque Rigo está amenazado adentro y tiene miedo de que lo maten, están como prueba los mensajes que nos estuvo mandando… él nos dijo llorando antes de que se lo llevaran que lo ayudáramos porque lo amenazaron de muerte, conoce a las personas que lo agredieron, pero no habla porque tiene miedo”.
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