Es grave el estado de salud de Mauricio N., sobreviviente de la explosión en la empresa acerera Simec S.A. de C.V., en Xaloztoc, quien registra quemaduras de segundo y tercer grado en rostro y manos, reveló Rigoberto Zamudio Meneses, secretario de Salud de Tlaxcala.
A más de 24 horas de la tragedia, registrada la madrugada del miércoles, el paciente permanece bajo sedación y está intubado para irrigar los párpados, pues en caso de registrar una fusión de sus párpados puede quedar con los ojos secos, pero si llegará a quedar con el ojo abierto y no tiene retracción podría generar problemas oculares a largo plazo, agregó el titular de Salud.
➡️ Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y recibe las noticias más relevantes de Tlaxcala, México y el Mundo
En entrevista colectiva, Zamudio Meneses descartó la versión de un fallecimiento del herido en la explosión y detalló que el miércoles recibió atención de un cirujano plástico, quien efectuó fasciotomías con láser quirúrgico.
Añadió que, al mismo tiempo, efectuaron una revisión en ambos ojos y no encontraron lesiones, aunque tiene una quemadura de segundo grado por vapor en el rostro y en las manos tiene afectaciones de tercer grado.
Lee más:➡️Confirma FGJE la identidad de dos víctimas que fallecieron en acerera de Xaloztoc
El responsable del área de Salud en la entidad detalló que el lesionado se encuentra hospitalizado en la Unidad de Quemados del Hospital de Traumatología y Ortopedia, en la ciudad de Puebla, debido a que tiene derecho al IMSS-Bienestar, pero en caso de requerir un traslado sería enviado al hospital Siglo XXI, en la Ciudad de México.
Reconoció que está en peligro la vida de Mauricio N., pues tiene quemaduras de tercer grado en el 8 % de su cuerpo, aunque no es un área grande y le brinda estabilidad, las primeras 72 horas son críticas y podría requerir una intervención en otra unidad especializada.
Más detalles: ➡️Luto en Sanctórum por explosión de polvorín; hay siete muertos
Finalmente, comentó que la recuperación será lenta y calculó que podría llevar seis meses para que comience a desarrollar su vida normal, esto después de varios injertos y tratamiento.