ACAPULCO, Gro.- La violencia ha ido desplazando a familias enteras de comunidades de al menos diecisiete municipios de Guerrero, a pesar del despliegue de miles de efectivos militares, que, por aire y tierra, realizan operativos de combate a los grupos delincuenciales que se disputan las rutas del trasiego de droga, que ha dejado una estela de muerte y pueblos “fantasmas”.
El conflicto se ha ido avivando a medida que los grupos vinculados con el crimen organizado recrudecen la violencia en amplias zonas de este estado suriano, que ha dado pie al surgimiento de nuevos grupos de autodefensa, que al amparo de la ilegalidad justifican su presencia ante el hartazgo de vivir bajo la amenaza de ser víctimas de las estadísticas fatales.
Este panorama también preocupa al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Instituto Electoral y Participación Ciudadana (IEPC), por los desafíos que encontraran por los altos niveles de inseguridad debido a la disputa del territorio entre grupos delincuenciales, que han creado un escenario de violencia que ha colocado a este estado suriano como uno de los más peligrosos del país.
Las zonas de alto riesgo son: Teloloapan, Coyuca de Catalán, Pungarabato, Ajuchitlán del Progreso, Arcelia, General Heliodoro Castillo, Cutzamala de Pinzón, San Miguel Totolapan, Tlapehuala, Leonardo Bravo, Zirándaro, Cocula, Tlalchapa, Coahuayutla de José María Izazaga, Apaxtla, Cuetzala del Progreso y General Canuto A. Neri.
Además, a esta lista se suman: Chilpancingo, Tixtla, Chilapa, Tlapa de Comonfort, Coyuca de Benítez, el puerto de Acapulco, Petatlán, Zihuatanejo y la Unión, en donde también se han incrementado los homicidios dolosos atribuidos a los grupos vinculados con el crimen organizado.
Por lo que el desplazamiento de familias es más grave de lo que manejan las autoridades del gobierno del estado, toda vez que debido a la batalla por el control de las zonas de producción y rutas de trasiego de drogas en las comunidades no cesa, por lo que cientos de familias abandonan todo por las faltas de garantías para sobrevivir ante la ausencia de autoridad convirtiendo a pueblos fantasmas como son La Gavia y San Antonio, en la región de Tierra Caliente.
El presidente municipal de San Miguel Totolapan, Juan Mendoza Acosta, confirmó el éxodo de las familias provenientes de la comunidad de La Gavia, debido a que siguen dándose enfrentamientos entre las autodefensas y el grupo criminal que opera en esa Región de la Tierra Caliente.
El gobernador de la entidad, Héctor Astudillo Flores, informó que buscarán todas las alternativas posibles para que los ciudadanos desplazados de varias comunidades del municipio de San Miguel Totolapan puedan regresar a sus viviendas, para ello, el Grupo de Coordinación Guerrero ya estudia y analiza el caso.
Mientras que alrededor de 60 familias de cinco comunidades de la parte alta de la sierra, del municipio de Ajuchitlán del Progreso, fueron desplazadas por la inseguridad y han buscado refugió en el municipio de Tecpan de Galeana.
En Chilapa, se ha dado una emigración de hombres del campo de sus comunidades, algunos huyen hacia los Estados Unidos o estados del norte del país, para escapar de la violencia, luego que este municipio del corazón de la Montaña, se ha recrudecido la rivalidad de dos grupos delincuenciales que se disputan la zona.
Esta misma violencia alcanza al municipio de Tlapa de Comonfort y Tixtla, en donde también hay desplazados, lo mismo ocurre en Chichihualco, Tlacotepec y Zumpango, así también en el Ocotito y Tierra Calorada.
Hasta el momento se tienen confirmadas a unas 150 familias simpatizantes del Frente Unido por la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) de las comunidades de El Ocotito y Mohoneras, ambas de Chilpancingo, que tuvieron que huir de sus viviendas al ser amenazadas de muerte por integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).
Estos desplazados viven con amigos o familiares en otras partes de la entidad o fuera del estado, desempleados, duermen donde pueden y muchos de sus hijos dejaron de acudir a la escuela, aunque algunos dejaron a sus hijos encargados con sus vecinos o amigos de la comunidad para que puedan seguir acudiendo a sus respectivas instituciones educativas.
En Tierra Colorada, el conflicto comunitario sumó a 150 familias que tuvieron que desplazarse por miedo, otro de los municipios que son lacerados por la inseguridad es Coyuca de Benítez, en donde existen decenas de familias desplazadas de la comunidad de Tepetixtla, en donde las autoridades poco se atreven a incursionar.
Hay más desplazados, pero estos no los documenta la autoridad, porque lo hacen de manera paulatina y escapan al monitoreo que realiza el gobierno del estado, que a toda costa a minimizado el problema, bajo el argumento que la violencia se padece no solo en Guerrero, sino en todo el país.