El gobierno de Querétaro invertirá miles de pesos en la compra de sistemas de grabación de primer nivel que serán instalados en las patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública que vigilan todo el estado.
La adquisición del equipo tiene lugar tras el ataque al bar Los Cantaritos, en pleno centro histórico de la capital ocurrido el pasado 9 de noviembre, que dejó un saldo de 10 muertos y 13 heridos cuando desconocidos ingresaron al lugar y abrieron fuego contra las personas.
En la licitación que el gobierno del panista Mauricio Kuri lanzó tres días después de la masacre para adquirir con “carácter de urgencia” el equipo, se especifica que serán 86 los sistemas de grabación que se comprarán y cada uno deberá contar con tres cámaras para instalación en exteriores e interiores de las patrullas.
El equipo, que deberá ser de uso rudo, permitirá a los agentes del orden identificar movimientos, incluso en la oscuridad, ya que contarán con tecnología de identificación a una distancia de hasta 15 metros.
Entre las especificaciones destaca que cada cámara deberá contar con dos piezas de memoria SD Clase 10 de 256 GB especializada para videovigilancia en temperaturas de operación de -40 grados centígrados hasta 85 grados centígrados. “Los videos de las cámaras en total deberán tener 512 GB para almacenamiento, lo cual deberá ser suficiente para guardar información de al menos 30 días”, detalla el documento. El costo por equipo en el mercado oscila entre los 15 mil y los 27 mil pesos.
Este tipo de equipos han sido utilizados en grandes urbes como Nueva York para reforzar la seguridad en las calles e incluso por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos para identificar a migrantes indocumentados que intentan cruzar por el desierto durante la noche.
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Como informó Diario de Querétaro en su edición del 20 de septiembre, el año pasado la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes fue de 40 mil 755, cifra 13.8 por ciento más alta a la registrada en 2022.
De acuerdo con la información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel Santa Rosa de Lima son los principales responsables del deterioro de la seguridad en Querétaro. Estos grupos criminales estarían detrás de la masacre del 9 de noviembre, según las primeras investigaciones de las autoridades federales.
El mapa de delincuencia delictiva elaborado por la Defensa señala, además, que la banda delictiva encabezada por Honorio Núñez Vargas, conocido como El Genético también registra gran influencia en el estado que hasta antes del ataque a Los Cantaritos era considerado de los pocos santuarios de paz en el país. Cinco municipios del sur del estado: Querétaro, Corregidora, Huimilpan, Pedro Escobedo y San Juan del Río son los dominados por estos tres grupos del narco, de acuerdo con la Defensa.
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“Querétaro no figura entre los estados más violentos del país, pero colinda con Guanajuato, la entidad con más homicidios en la República, lo que ha sucedido en los últimos años es lo que se conoce como el efecto cucaracha, los miembros de grupos del crimen organizado, principalmente del narcotráfico se han escabullido hacia las regiones cercanas y en esas entra Querétaro”, afirmó Julián Sevilla, colaborador en la Universidad de Querétaro.
En opinión del experto en seguridad pública, lo que se requiere para evitar que la violencia continúe escalando en el estado es contar con mayor presencia de fuerzas federales en los límites con Guanajuato y mayor vigilancia.
