PUEBLA. De 2019 hasta abril de este año se tiene un registro oficial de 81 menores que quedaron huérfanos en el estado de Puebla debido a que sus madres fueron víctimas de feminicidio.
Para activistas de género y especialistas en salud mental acusan que estos menores son “niños invisibles”, pues no hay políticas públicas para darles apoyo social, económico y hasta psicológico luego de la pérdida que sufrieron.
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La Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) dio a conocer la lista de niñas, niños y adolescentes en condición de orfandad por feminicidio a través de la solicitud de información de número 210421522000612, la cual es pública en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT).
El documento detalla que en 2019 la Fiscalía registró 11 niños que quedaron huérfanos porque su madre fue asesinada por cuestión de género, cuatro niños y siete niñas. En 2020 la cifra se elevó a 33 casos, siendo el año -hasta el momento- con más huérfanos por feminicidio, de los cuales 10 son varones y 23 niñas.
En 2021 la cifra fue de 32 casos, siete niños y 25 niñas, y de enero al 30 de abril de este año se registraron cinco casos, tres correspondientes a varones y dos a mujeres. Estas cifras, reportadas de manera oficial, corresponden con los asesinatos que la FGE sí catalogó como feminicidios.
En el estado de Puebla no existen políticas públicas específicas que se ocupen de la atención a los niños huérfanos por este tipo de hechos, ni a ellos, ni a sus nuevos tutores, sólo la Comisión Estatal Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) puede brindar acompañamiento restaurativo a quienes sufrieron directa o indirectamente alguna violación a sus derechos humanos, pero esta ayuda se debe solicitar.
Para Cinthya Ramírez, presidenta de REDfine, organización que se dedica a defender los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, así como sus derechos humanos, es importante visibilizar a las otras víctimas de los feminicidios y generar políticas públicas que estén enfocadas en las hijas y los hijos de las mujeres que son objeto de ese delito.
“Los feminicidios de sus madres los dejan en vulnerabilidad de muchos tipos; sería importante analizar con quiénes se quedan las infancias que en la mayoría de veces son las y los abuelos. Las condiciones de desigualdad afectarán el desarrollo de las niñas y los niños adolescentes”, opinó la especialista.
"Cree que no solamente los gobiernos tienen una responsabilidad con el acceso a la justicia en casos de feminicidio sino también la obligación de hacer análisis y estudios sobre qué es lo que pasa con las familias de las mujeres que son asesinadas", dijo.
Para Griselda Torres Zambrano, periodista enfocada en derechos humanos, género, migración y política, los huérfanos del feminicidio y sus familias se enfrentan solos al golpe de quedarse sin padres, sin tratamiento psicológico y sin dinero, es decir, que se vuelven invisibles ante el Estado.
En el trabajo de investigación denominado Huérfanos del feminicidio, los niños invisibles, Torres Zambrano asentó que el apoyo psicológico es una de las grandes deudas con los huérfanos y sus cuidadores pues luego de la muerte de las madres se quedan sin la posibilidad de cerrar círculos, vivir duelos y superar el trauma.
Además, los menores se enfrentan a su vida cotidiana con el fantasma del asesinato de su madre y con el miedo de que el agresor regrese.
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Por su parte, la psicóloga Erika Zuleim Espinoza compartió a El Sol de Puebla que es muy importante que el menor tome tratamiento de salud mental para que su niñez y adolescencia transcurran lo más sanas posible.
Consideró importante que estos huérfanos deben ser atendidos de manera gratuita y recibir ayuda de un profesional de la salud mental, y no sólo él o ella sino todos los miembros de la familia que estén involucrados en su educación.