Ciento veintidós muertos en tres años y medio es motivo suficiente para alzar la voz y reprobar las estrategias de seguridad en el país. La violencia ha escalado sin piedad, México se encuentra herido por el crimen organizado, dijo monseñor Ramón Castro Castro durante la homilía de este domingo 10 de julio donde, en conjunto con la Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica, se realizó la Jornada de Oración por la Paz en México.
El monseñor Ramón Castro Castro, en punto del mediodía, dedicó el Ángelus para rezar por los obispos y cardenales que han sido privados de la vida, teniendo al frente de la Catedral sus imágenes.
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El padre Raymundo Pacheco, de la Diócesis de Chihuahua, acompañó al obispo a oficiar la misa, en la que se oró por la paz en la República Mexicana y que prevalezca la justicia. Asimismo, se pidió a los creyentes no ser indiferentes ante el dolor del país y no perder la sensibilidad ante los crímenes.
En la homilía se recordó a monseñor Soledad Torres, de Ciudad Obregón, asesinado en 1965, y al Cardenal Jesús Posadas, privado de la vida en 1993.
Castro Castro reconoció que en el país existen muchas zonas de conflictos donde se ven envueltos feligreses y voceros de la palabra del señor, como ejemplo en Morelos, dijo que en Zempoala es donde se han encontrado muchos crímenes, robos y secuestros. Lamentó que en muchas ocasiones el Ejército no se encuentre en los lugares de los hechos; sin embargo, dijo, “el Ejército no es Dios y no puede cuidar todo el tiempo”.
Reconoció que las Marchas por la Paz y las Jornadas de Oración son las bases para la transformación de los corazones.
"Violencia genera violencia, lo que busca la iglesia es mostrar las herramientas e instrumentos adecuados para lograr la paz
En las más de siete mil parroquias que hay en México se buscará hacer eco a las Jornadas de oración por la Paz.
Durante el mes de julio se invitará a celebrar la misa en algún lugar donde las personas hayan vivido algún acto de violencia.
El 31 de julio se ofrecerá una oración para la conversión de los victimarios
Como última acción, se exhortará a cada obispo y sacerdote que hagan todo lo que puedan para mantener la oración viva.
La jornada de oración tiene como propósito orar por el Papa Francisco, los obispos y presbíteros; por quienes gobiernan en México, el presidente, alcaldes y gobernadores, así como por quienes son víctimas de la opresión por la guerra y la injusticia.
Por cada uno de los bautizados para que sean promotores de la paz, el Obispo señaló que los feligreses deberán de abrir su corazón y ser auténticos sembradores de paz.
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Nota publicada en El Sol de Cuernavaca